Torrijas tradicionales de mamá Carmen
Aunque tengo la suerte de haber nacido cuando España era ya un país democrático mis padres y sobre todo mis abuelos venían de vivir en carnes propias una guerra y una posguerra en dictadura y en casa hemos recibido una educación que nos ha enseñado a valorar lo que tenemos, a ser conscientes del esfuerzo para conseguirlo y a comprender que aunque nos pueda parecer poco hay gente que tiene menos.
Esta manera de ver la vida tiene sus luces y sus sombras. De ella deriva mi gusto por la cocina de aprovechamiento y reciclaje que tanto comparto con vosotros y que además espero legar a Lara.
Pero a su vez es la culpable de mi gusto por atesorar cosas y que ha llevado a tener un montón de ingredientes en los armarios a los que con mucha paciencia voy dando salida desde hace ya un tiempo.
Si hay un episodio de mi infacia que tengo marcado (por repetirse casi año tras año) es a mi madre hablando con alguna amiga, vecina o mi abuela y contarles que se nos había quedado la ropa pequeña sin estrenar o con una o dos puestas.
Mi hermano y yo estudiamos en un colegio en el que los alumnos debían vestir uniforme y en los primeros años había clase también por la tarde. Esto suponía que nosotros por norma general no necesitábamos "ropa de calle" (que era cómo en el argot del colegio nos referíamos a las prendas ajenas al uniforme) entre semana porque íbamos con el uniforme escolar.
Mi madre tenía la costumbre de comprarnos cada temporada una muda de ropa muy bonita para "ocasiones especiales" que estaba primorosamente colocada en el armario y tú estabas rabiando por ponerte ese conjunto tan bonito, los zapatos y el abriguito tan ideal pero tu madre te repetía una y otra vez que era para arreglar. Cuando llegaba una de esas ocasiones o se daba cuenta de que no iba a llegar y que la temporada estaba peligrosamente a punto de terminar y la ropa seguía nueva o con una puesta en el armario te sacaba la ropa y ¡oh fatalidad! habías tenido la desfachatez de crecer y nada te venía.
Yo me pillaba unos rebotes increíbles, especialmente cuando era más grande y era consciente de que no había podido disfrutar esa ropa que tanto me gustaba y lo que era peor que la iba a heredar mi prima nuevecita y sin estrenar y la iba a disfrutar ella.
Mi madre se los pillaba mayores porque decía que era gastar dinero para que otros lo aprovecharan (porque entonces había menos tiendas de ropa infantil low cost o al menos no había en zonas rurales y capitales de provincia pequeñas) pero año tras año y temporada tras temporada la historia se repetía hasta bien entrada la adolescencia.
Tiempo después y de manera inconsciente volví a las andadas. Mis amigas y yo teníamos la que llamábamos "ropa de diario" (para ir a clase, a la biblioteca, el parque...) y la "ropa de salir" que sólo usábamos cuando tocaba jarana. Igual en mi época universitaria tenía más razón de ser (los fines de semana empezaban los jueves, con eso lo digo todo) pero llegó un momento en que salía menos y me di cuenta de que la "ropa de salir" era un absurdo, que yo salgo cada día a la calle y que lo bonito es mejor usarlo hoy que igual el mañana no va a llegar nunca.
Si hay una receta de aprovechamiento típica de Semana Santa son sin duda las torrijas que durante años han dado salida a los restos de pan duro de las casas de la manera más dulce y deliciosa posible. Actualmente hay muchos panes "especiales" para torrijas en los supermercados y confieso que he sido la primera en caer en la tentación pero para mí como las torrijas hechas con pan sobrado no hay ningunas.
Hace muchísimo tiempo que mi madre no asomaba por mi cocina virtual. Si sois habituales de mi blog igual os acordáis de su receta de la carne de membrillo o sus deliciosos roscos fritos (que arrasan en visitas) o de los pestiños que nos marcamos mano a mano con la receta que pude rescatar y que se parecen bastante a los que hacía mi abuela.
El otro día soltó como el que no quiere la cosa que tenía mucho pan duro, que podíamos hacer torrijas y así "ponerlas" en mi blog para Semana Santa. Y yo encantada porque las torrijas de mamá Carmen son las mejores del mundo mundial.
El tema de las fotos fue cosa aparte porque hasta al día siguiente no pude hacerlas y os aseguro que ya no estaban ni la mitad de vistosas que están recién hechas pero la niña requiere su atención y la lluvia que nos acompaña hace casi dos semanas no hace precisamente fácil el momento "posado"
Las torrijas de mi madre son tremendamente jugosas. Tan jugosas que pasadas unas horas el azúcar que las reboza se ha derretido y comienzan a soltar almíbar. Para mí esto no supone un problema. Me las como igual recién hechas (os aseguro que las dos primeras torrijas en salir de la sartén no llegan vivas a sacar las últimas rebanadas) que al día siguiente (tampoco es que duren mucho más porque le salen realmente deliciosas) aunque no estén igual de bonitas.
Es su don. He hecho con ella torrijas miles de veces pero a ella le quedan mucho mejor. Supongo que a mí aún me quedan muchos años de práctica con la repostería frita (que sabéis que me da mucho respeto) para llegar a su nivel aunque confieso que a ella le quedan tan bien que casi nunca las hago yo en casa y en caso de antojo se las pido porque sé que siempre tiene pan duro y a duras penas dejes caer la indirecta en pocos días tienes las torrijas en el tupper.
A estas alturas la receta de las torrijas no tiene ningún misterio pero es más que justo que tengan su hueco en mi cocina y aunque nosotros solemos comerlas sea la época del año que sea está más que claro que es un postre típico de Semana Santa y es el momento propicio para compartirlas.
Espero que os animéis a quedaros un ratito más en mi cocina, lo justo para compartir una torrija y un café y que os cuente la receta y algunos truquitos para que salgan perfectas y deliciosas como las de mamá Carmen.
Esta manera de ver la vida tiene sus luces y sus sombras. De ella deriva mi gusto por la cocina de aprovechamiento y reciclaje que tanto comparto con vosotros y que además espero legar a Lara.
Pero a su vez es la culpable de mi gusto por atesorar cosas y que ha llevado a tener un montón de ingredientes en los armarios a los que con mucha paciencia voy dando salida desde hace ya un tiempo.
Si hay un episodio de mi infacia que tengo marcado (por repetirse casi año tras año) es a mi madre hablando con alguna amiga, vecina o mi abuela y contarles que se nos había quedado la ropa pequeña sin estrenar o con una o dos puestas.
Mi hermano y yo estudiamos en un colegio en el que los alumnos debían vestir uniforme y en los primeros años había clase también por la tarde. Esto suponía que nosotros por norma general no necesitábamos "ropa de calle" (que era cómo en el argot del colegio nos referíamos a las prendas ajenas al uniforme) entre semana porque íbamos con el uniforme escolar.
Mi madre tenía la costumbre de comprarnos cada temporada una muda de ropa muy bonita para "ocasiones especiales" que estaba primorosamente colocada en el armario y tú estabas rabiando por ponerte ese conjunto tan bonito, los zapatos y el abriguito tan ideal pero tu madre te repetía una y otra vez que era para arreglar. Cuando llegaba una de esas ocasiones o se daba cuenta de que no iba a llegar y que la temporada estaba peligrosamente a punto de terminar y la ropa seguía nueva o con una puesta en el armario te sacaba la ropa y ¡oh fatalidad! habías tenido la desfachatez de crecer y nada te venía.
Yo me pillaba unos rebotes increíbles, especialmente cuando era más grande y era consciente de que no había podido disfrutar esa ropa que tanto me gustaba y lo que era peor que la iba a heredar mi prima nuevecita y sin estrenar y la iba a disfrutar ella.
Mi madre se los pillaba mayores porque decía que era gastar dinero para que otros lo aprovecharan (porque entonces había menos tiendas de ropa infantil low cost o al menos no había en zonas rurales y capitales de provincia pequeñas) pero año tras año y temporada tras temporada la historia se repetía hasta bien entrada la adolescencia.
Tiempo después y de manera inconsciente volví a las andadas. Mis amigas y yo teníamos la que llamábamos "ropa de diario" (para ir a clase, a la biblioteca, el parque...) y la "ropa de salir" que sólo usábamos cuando tocaba jarana. Igual en mi época universitaria tenía más razón de ser (los fines de semana empezaban los jueves, con eso lo digo todo) pero llegó un momento en que salía menos y me di cuenta de que la "ropa de salir" era un absurdo, que yo salgo cada día a la calle y que lo bonito es mejor usarlo hoy que igual el mañana no va a llegar nunca.
Y aquí me tenéis abriendo armarios (no sólo de la cocina) y sacando todo lo almacenado para aprovecharlo al máximo.
Si hay una receta de aprovechamiento típica de Semana Santa son sin duda las torrijas que durante años han dado salida a los restos de pan duro de las casas de la manera más dulce y deliciosa posible. Actualmente hay muchos panes "especiales" para torrijas en los supermercados y confieso que he sido la primera en caer en la tentación pero para mí como las torrijas hechas con pan sobrado no hay ningunas.
Y si son las torrijas de mi madre ¡esas no hay quien las supere! aunque entiendo que más de uno de vosotros estará diciendo que las que hace (o hacía) la vuestra son mejores aún. ¿Qué tendrán las madres que hacen tan ricas las cosas?
Hace muchísimo tiempo que mi madre no asomaba por mi cocina virtual. Si sois habituales de mi blog igual os acordáis de su receta de la carne de membrillo o sus deliciosos roscos fritos (que arrasan en visitas) o de los pestiños que nos marcamos mano a mano con la receta que pude rescatar y que se parecen bastante a los que hacía mi abuela.
El otro día soltó como el que no quiere la cosa que tenía mucho pan duro, que podíamos hacer torrijas y así "ponerlas" en mi blog para Semana Santa. Y yo encantada porque las torrijas de mamá Carmen son las mejores del mundo mundial.
El tema de las fotos fue cosa aparte porque hasta al día siguiente no pude hacerlas y os aseguro que ya no estaban ni la mitad de vistosas que están recién hechas pero la niña requiere su atención y la lluvia que nos acompaña hace casi dos semanas no hace precisamente fácil el momento "posado"
Las torrijas de mi madre son tremendamente jugosas. Tan jugosas que pasadas unas horas el azúcar que las reboza se ha derretido y comienzan a soltar almíbar. Para mí esto no supone un problema. Me las como igual recién hechas (os aseguro que las dos primeras torrijas en salir de la sartén no llegan vivas a sacar las últimas rebanadas) que al día siguiente (tampoco es que duren mucho más porque le salen realmente deliciosas) aunque no estén igual de bonitas.
Es su don. He hecho con ella torrijas miles de veces pero a ella le quedan mucho mejor. Supongo que a mí aún me quedan muchos años de práctica con la repostería frita (que sabéis que me da mucho respeto) para llegar a su nivel aunque confieso que a ella le quedan tan bien que casi nunca las hago yo en casa y en caso de antojo se las pido porque sé que siempre tiene pan duro y a duras penas dejes caer la indirecta en pocos días tienes las torrijas en el tupper.
A estas alturas la receta de las torrijas no tiene ningún misterio pero es más que justo que tengan su hueco en mi cocina y aunque nosotros solemos comerlas sea la época del año que sea está más que claro que es un postre típico de Semana Santa y es el momento propicio para compartirlas.
Espero que os animéis a quedaros un ratito más en mi cocina, lo justo para compartir una torrija y un café y que os cuente la receta y algunos truquitos para que salgan perfectas y deliciosas como las de mamá Carmen.
Ingredientes:
* Pan duro (aproximadamente una barra)
* 2 huevos
* Medio litro de leche (a poder ser entera)
* Azúcar blanca
* Canela en polvo
* Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
1. Partimos el pan en rebanadas de un par de centímetros de grosor aproximadamente. Es importante que el pan sea al menos del día anterior (o un poco más a ser posible) para que la miga sea compacta y las rebanadas tengan cuerpo.
2. En una sartén no muy grande (no es necesario que nos quepan más de dos o tres torrijas a la vez) ponemos abundante aceite de oliva virgen extra y la ponemos a calentar.
3. En un bol amplio ponemos la leche y en otro batimos los huevos como si fuésemos a preparar tortilla.
4. Ponemos un par de rebanadas de pan en el bol de la leche, las empapamos bien por ambas caras (deben estar bien mojadas en leche para que queden jugosas pero no hasta el punto de que el pan se vaya a deshacer al tocarlo) y las pasamos al bol del huevo.
Pasamos ambas caras de la rebanada de pan por el huevo batido, levantamos el pan con las manos para escurrir el exceso de líquido y ponemos en la sartén con el aceite caliente.
5. Dejamos freir por una cara y damos la vuelta para hacer por la otra.Como os he dicho antes no os aconsejo freir más de dos torrijas a la vez para poder ir pasando por leche y huevo mientras las próximas rebanadas a freir.
6. Cuando estén hechas las sacamos de la sartén y las ponemos en un plato con azúcar blanco y canela en polvo. Las rebozamos bien, sacamos y colocamos en una fuente.
7. Repetimos desde el paso cuatro hasta terminar con todo el pan.
Para obtener unas torrijas perfectas os dejo los trucos de mi madre.
1. Si vamos a hacer muchas torrijas tendremos que cambiar el aceite que estemos usando para freir. Las torrijas sueltan hilos de huevo que van oscureciendo y ensuciando el aceite y hace que las últimas torrijas salgan más oscuras y con los restos pegados. No altera el sabor pero estéticamente son menos bonitas.
2. Las torrijas fritas y rebozadas no se colocan unas encima de otras. Es normal que a medida que pasan las horas las torrijas comiencen a soltar almíbar y el centro "se encoja" al perder parte del líquido. Si ponemos unas sobre otras las de arriba quedarán muy secas y las de abajo completamente empapadas.
3. Para rebozar utilizamos una proporción de dos partes de azúcar y una de canela sobre todo si es una canela recién molida que huele y sabe mucho más que si es canela de bote de supermercado.
4. El pan debe estar asentado pero no duro. Si está duro se va a romper al cortarlo, así que lo mejor es irlo conservando en una bolsa de plástico que evita que se ponga duro y el día previo a hacer las torrijas pasarlo a una bolsa de tela para que no esté con textura de goma.
5. Las cantidades de leche y huevo son meramente indicativas. A medida que vayas pasando el pan por los boles puedes ir añadiendo más leche o bien otro huevo batido si te hace falta.
6. El aceite de oliva es ideal para hacer las torrijas. En contra de lo que mucha gente dice no deja sabor ni "empapucha" las torrijas aunque entendemos que su precio es bastante superior al de otros aceites de semillas y mucha gente prefiera usar el de girasol por motivos meramente económicos.
7. Puedes utilizar la leche que tengas en casa pero la leche entera aporta más cremosidad a los postres y con las torrijas no iba a ser una excepción.
Si a estas alturas no tienes unas ganas locas de salir corriendo a preparar torrijas ¡es que algo no he hecho bien!
Con esta receta participo en el Concurso del 6º Cumpleblog de Cocinando con las Chachas con mi versión de su receta de las torrijas sencillas de azúcar.
No me podía ir sin las crónicas de Lara que cada día está más suelta con las palabras pero he caído en la cuenta de que miente más que habla ¡qué imaginación tiene la niña!
La semana pasada me sorprendió mucho que fuera al baño mientras yo me desmaquillaba y me pidiera hacer pipí en el inodoro. Medio en serio medio en broma le quité el pañal, la senté y la niña hizo pipí ¡y yo alucinando! La pediatra en la revisión de los dos años me dijo de su cuenta (que a mí ni se me ocurrió plantear esta cuestión) que aún era pronto para quitarle el pañal y estuvimos planteando la posibilidad de intentarlo en verano así que hasta ahora no es algo que hayamos trabajado en casa pero a la vista de su iniciativa empezaré a hacerlo poco a poco a ver si para esto no es como para la comida.
¿A que no sabéis qué me dijo hace unas noches cuando estaba intentando que se sentara en la trona para cenar? Puré caca, quesito mmmm
Y no te ríes porque sólo falta que sepa que hace gracia, menuda ocurrencia, porque no sé de dónde ha sacado la idea pero tiene bien claro que prefiere los quesitos al puré. Y ahí estoy yo luchando cada día para que coma (convenciéndola sin forzarla) sin tirar la toalla pero con el firme convencimiento de que mi hija va a ser terrible para la comida.
Lo que me tiene casi preocupada es que llevamos tres semanas sin ir al pediatra ¿En serio? ¿tres semanas libres de mocos, tos, fiebre, otitis...? con deciros que estoy con el alma en vilo pensando que de un momento a otro va a pillar algo grandísimo. Y es que ser madre es un sinvivir: cuando está mala porque lo está y cuando está buena porque te pasas el día pensando que se va a poner enferma ¡qué locura! Pero no creo que dure mucho la calma porque desde ayer tiene tos y oteo un resfriado (esperemos que sólo sea eso) en el horizonte.
Y por si os lo estáis preguntando sí, le he hecho al blog un lavado de cara. Muy poca cosa en realidad pero cuando me aburro me da por cambiar las cosas y no va a ser menos en mi cocina virtual.
Os dejo por esta semana, que cada vez escribo más. Sed muy felices y nos leemos dentro de nada.
Si a estas alturas no tienes unas ganas locas de salir corriendo a preparar torrijas ¡es que algo no he hecho bien!
Con esta receta participo en el Concurso del 6º Cumpleblog de Cocinando con las Chachas con mi versión de su receta de las torrijas sencillas de azúcar.
No me podía ir sin las crónicas de Lara que cada día está más suelta con las palabras pero he caído en la cuenta de que miente más que habla ¡qué imaginación tiene la niña!
La semana pasada me sorprendió mucho que fuera al baño mientras yo me desmaquillaba y me pidiera hacer pipí en el inodoro. Medio en serio medio en broma le quité el pañal, la senté y la niña hizo pipí ¡y yo alucinando! La pediatra en la revisión de los dos años me dijo de su cuenta (que a mí ni se me ocurrió plantear esta cuestión) que aún era pronto para quitarle el pañal y estuvimos planteando la posibilidad de intentarlo en verano así que hasta ahora no es algo que hayamos trabajado en casa pero a la vista de su iniciativa empezaré a hacerlo poco a poco a ver si para esto no es como para la comida.
¿A que no sabéis qué me dijo hace unas noches cuando estaba intentando que se sentara en la trona para cenar? Puré caca, quesito mmmm
Y no te ríes porque sólo falta que sepa que hace gracia, menuda ocurrencia, porque no sé de dónde ha sacado la idea pero tiene bien claro que prefiere los quesitos al puré. Y ahí estoy yo luchando cada día para que coma (convenciéndola sin forzarla) sin tirar la toalla pero con el firme convencimiento de que mi hija va a ser terrible para la comida.
Lo que me tiene casi preocupada es que llevamos tres semanas sin ir al pediatra ¿En serio? ¿tres semanas libres de mocos, tos, fiebre, otitis...? con deciros que estoy con el alma en vilo pensando que de un momento a otro va a pillar algo grandísimo. Y es que ser madre es un sinvivir: cuando está mala porque lo está y cuando está buena porque te pasas el día pensando que se va a poner enferma ¡qué locura! Pero no creo que dure mucho la calma porque desde ayer tiene tos y oteo un resfriado (esperemos que sólo sea eso) en el horizonte.
Y por si os lo estáis preguntando sí, le he hecho al blog un lavado de cara. Muy poca cosa en realidad pero cuando me aburro me da por cambiar las cosas y no va a ser menos en mi cocina virtual.
Os dejo por esta semana, que cada vez escribo más. Sed muy felices y nos leemos dentro de nada.
Manos a la masa y ¡bon appétit!
La cocina de nuestras madres y abuelas no ha tenido más remedio que ser de aprovechamiento por las circunstancias, pero eso no ha impedido que fuera, y sigue siendo, riquísima. A la vista está con estas torrijas que son las de toda la vida, aunque cada cual le imprima su toque personal, y siguen provocando ese ummmm... tan delicioso en cada bocado.
ResponderEliminarMe alegro de que Lara esté bien, disfruta del momento.
Un beso.
Cuca, me he reído un montón con las historias de Lara. Con qué “puré caca, quesito mmmm” ¡no saben nada! En la guardería estâ aprendiendo rápido los conceptos básicos de lo que le gusta y lo que no, parece mentira tan chiquitos y ya con sus claras preferencias por esto o aquello.
ResponderEliminarNada más tradicional que unas torrijas que tampoco se hacían en la casa de mis padres; pero que yo ya con mi “santo” hago todos los años sin falta, desde luego un postre delicioso y de aprovechamiento en teoría, solo teoria... ja ja Con respecto a la ropa es una maravilla llevar uniforme para los padres y para ti quizà mejor para no pensar. Afortunadamente iguala y ahorra, comparaciones, desigualdades...
Bueno, unas torrijas divinas y que en el posado han quedado perfectas.
Besos a las tres y feliz jueves, preciosa
Buenos días Cuca!!
ResponderEliminarCreo que lo de la ropa a todos nos paso uncpoco lo mismo, yo también tenía uniforme y estaba leyendo la entrada y me identifico con ella. Ahora ya no, eso quedo atrás y me lo pongo todo, luego acaba pasando de moda y queda en el armario sin estrear a penas.
Las torrijas me traen muy buenos recuerdos, mi abuela nos las hacía a menudo para cenar, y a mi hermana y a mi nos encantaban, lo cierto es que me siguen gustando y mucho. Las tuyas se ven maravillosas.....Besss
Las recetas más sencillas son las que requieren más arte y práctica así que normal que sepan las de tu madre a gloria :o)
ResponderEliminarY si algunos cambios como los del blog o no ir al pediatra siempre huelen a primavera jejeje
Besos,
Palmira
Pues te han quedado de lujo, las de tu madre tienen que ser de otra galaxia!!!!!
ResponderEliminarA mí me pasa igual, mi madre tiene el don , porque a mí no me quedan igual .....espero alcanzar su nivel .
Un besazo guapa!
Al leer tus anécdotas de la infancia me ha recordado un poco a la mía, qué tiempos. Es verdad que muchas veces las madres tienen algo especial para sus hijos que hacen que te sepa de maravilla lo que sale de su cocina, sobre todo en muchos casos nos damos cuenta de más mayores. Un abrazo
ResponderEliminarHola! Nos encantan las torrijas , las de tu madre se ven deliciosas! yo estoy deseando ir al pueblo en Semana Santa para que nos las haga nuestra madre! Qué suerte tienes de comerlas en cualquier momento del año jeje Nos ha encantado leer las anécdotas de Lara, esperamos que no se ponga malita y en cuanto al pis, cada niño tiene su ritmo y si ella te lo pide aprovecha, no tienes por qué esperar a verano.. besis
ResponderEliminarYo la verdad es que no he tenido ese "problema" con la ropa, el nuestro era mas de otra índole... Las fantásticas marcas!!!!!!!!!!!!! que si queremos el polo "privata"... Que si los vaqueros tienen que ser "Levi´s".... que si las zapas tienen que ser "Nike"... Madre mía,aquellos maravillosos años...
ResponderEliminarEstá claro que estamos en sintonía... Justo ayer ya se me emperejiló que estoy deseando de meterme en la cocina porque lo echo de menos, y por una vez, quiero que sea por mi y no por el blog, así que me lié la manta a la cabeza y me he traído del super todo para hacer torrijas este finde... Y hoy me vienes con esta receta!!!!!!!!!!!
Cuca + Olga for ever
Hola Cuca!! No he podido apreciar bien el cambio en el blog, pero es que siempre lo veo desde el ordenador y hoy desde el móvil, pues estoy dentro del coche, esperando pasar la ITV y llevo ya una hora esperando y creo que aún me queda un buen rato. Así que hoy me ha parecido hasta corta tu entrada, no me hubiera importado leer un rato más y así hacer tiempo bien entretenida, ja, ja.
ResponderEliminarMi madre no hacía muy bien las torrijas, lo reconozco, le quedaban aceitosas y un poco secas. Alguna vez le daba el toque, pero las menos. Empezamos a comerlas cuando yo empecé a hacerlas en la plancha, y hasta mi madre que no era de dulce, se las comía bien agusto. Pero vamis, una torrija bien hecha ya es otra cosa, y las tuyas se ven jugosas y muy ricas
Cuando era pequeña también tenit siempre ropa guardada hasta la adolescencia cuando ya elegia yo sola lo wqu me quería poner. Ahora también me suelo poner todo siempre, quitado alguna transparencia o los vestidos de fiesta, pues tengo muchos actos de trabajo en que no me queda de otra que ponermelos.
Por cierto, a mi sobrina, en su guardería, justo el día que cumplió los dos anos. Mi hermana tuvo que llevar muchísima ropa porque alli si le cambiaban ellas. Y la verdad es que estuvo haciéndose pis los primeros días muchísimo pero de pronto, nada. Nos quedamos alucinando, ja, ja. Besitos.
¿Sabes que estoy a dieta y que las torrijas que he preparado en mi casa ni las he catado?... ¿Y sabes lo que sufro viendo torrijas por toda la blogosfera? jajaaaaa Pero es que ya tengo ropa que no me vale por esos kilos de más y no se puede desaprovechar!!!!
ResponderEliminarHola Cuca!! me ha gustado mucho tu entrada y es que cuando se habla de las madres es mi punto débil. Sabes yo opino como tu es mejor disfrutar la ropa que que se quede nueva y lo estrene tu prima jaja, por eso cuando me compro algo siempre lo quiero estrenar ya!!
ResponderEliminarHas explicado muy bien como hace tu madre las torrijas tanto que me han entrado ganas de hacerlas, pero sabes una cosa en casa nunca sobra pan ya lo he dicho en alguna ocasión, cuando las hago preparo el día antes expresamente ese pan.
Con Lara te llevas sorpresaa, no va a ser todo malo como con la comida ves te ha pedido pipi, muy bien por Lara.
Y en cuanto lo de que no ha visitado el pediatra ole y ole que bien, que dure!! Pero es verdad que cuando uno no está acostumbrada también está en un sin vivir.
Un besazo bonita
Hola Cuca, tu niña está en una edad para comérsela, mejor que las torrijas, jajajajaja, sinceramente , a las torrijas no les haría ningún asco, hace muchísimo que no las preparo, a mi marido no le van mucho y no es cuestión de ponerme morada yo con ellas, que ya me conozco, empiezo y no se cuando acabar, ainsssssss
ResponderEliminarEso de la ropa de domingo o para salir también lo he vivido en mis carnes, menuda rabia me daba no poder usar la ropa que yo quería entre semana, nada, solo eran para el finde o alguna fiesta, sin más, así que, ahora, tengo el armario petado de ropa, para mi que es un trauma infantil que tengo juassssssss, o eso, o es que me encanta comprar, sobre todo en rebajitas, madre mía, hemos pasado de un extremo a otro
Besotes y, por cierto, ya definitivamente, no me sale la publicidad al pasarme por aquí, biennnnnn
A veces lo más sencillo es lo mas rico, de buena gana daba cuenta de esas torrijas.
ResponderEliminarQue imaginación y que manos tenían nuestras abuelas, de algo tan humilde y tan sencillo sacaban maravillas, con tan pocos ingredientes y aprovechando otros hacían exquisiteces. >Por eso nunca deberíamos dejar de hacer sus recetas, yo las guardo como un tesoro para que llegue a mis hijas y de ellas a los suyos y le recalco muy mucho que no las pierdan nunca que son oro en paño.
ResponderEliminarFelicita a mamá Carmen, mi tocaya, le salieron deliciosas. Besoss
Cuca precisamente ayer vi pan de torrijas en la panadería, aquí es muy habitual, y siempre me gusta más para las que hacemos en casa, que son las clásicas con vino y bañadas en miel, tiene una miga ligera pero con cuerpo, ideal para que duren en perfecto estado hasta una semana, aunque como puedes imaginar en casa no duran ni dos telediarios, jajaja.
ResponderEliminarNo me extraña que las de tu madre te sepan a gloria, a mi también me pasaba, y ahora las echo de menos aunque mis hermanas dicen que cocino igual que ella, la diferencia es evidente.
Besitos para Lara, y no te preocupes por lo del pañal, antes de darte cuenta la tienes hecha una mujercita.
Besitos
me encantan las torrijas y eso que no las preparo mucho..Suerte en el concurso,
ResponderEliminarsaludos
Yo también crecí con el uniforme de lunes a viernes y pese a que lo odiaba sobremanera, he de reconocer que era muy práctico, tanto para mi madre que tenía que comprar menos ropa, como para nosotras a la hora de vestirnos.
ResponderEliminarOjalá Nathan llevara uniforme, así menos problemas, todos iguales y arreando.
Con lo de las torrijas tienes toda la razón, las de las mamas son mas buenas (y las vuestras tienen una pintaza increíble!!), mi madre también hace unas muy ricas, así que yo tampoco me molesto, pido, acerco tupper y ya jajajaja.
Por cierto, el lavado de cara del blog queda estupendo.
Un beso enorme!
Hola guapísima! Esas torrijas de tu madre te aseguro que no duraban ni dos minutos en mi casa, a simple vista ya se ve lo jugosas que están! Respecto al pan para torrijas creo que dependerá del pan que compres habitualmente, hoy en día la mayoría son precongelados y en general no son nada del otro mundo con lo cual las torrijas tampoco lo serán. Yo he comprado pan para torrijas y francamente, a mi me gusta más que con el pan del súper de diario.
ResponderEliminarOye, no seas agorera, la niña puede estar más de tres semanas sin ir al pediatra y no por eso te está reservando una gorda, jajaja.
Bueno preciosa, me he fijado en el cambio de letra nada más entrar en tu blog, me gusta y creo que le va muy bien al diseño.
Un besazo grande y que pases un buen finde.
Es que mi madre compra un pan un poco más "artesanal" y por eso me saben mejor. Es una de las ventajas de vivir en un pueblo, que aún quedan panaderías que hacen la masa por las noches y panaderos que siguen haciendo el reparto en sus furgonetas cada día para que no tengas ni siquiera que acercarte a comprar el pan. ¡Besos mil!
EliminarHola Cuca. Has hecho un buen retrato de los años que vivieron casi la inmensa mayoría de nuestras madres y padres. Tú por suerte la tienes a tu lado yo ya hace bastantes años que la perdí así que no tengo la suerte tuya de tener una maestra a tu lado para confeccionar esta delicia. No es de extrañar que seas tan estupenda cocinera sabiendo, por lo que relatas, las dotes que reúne tu madre para la cocina. Dotes que has heredado y en muchos caso superado.
ResponderEliminarEstas torrijas tienen cierto parecido con las que hago aunque veo una cierta diferencia al empaparlas en leche. Ya lo dice el refrán "cada maestrillo tiene su librillo".
Unas torrijas que solo con verlas ya están invitando a saborearlas y yo lo haría de muy buena gana porque no dudo deben estar exquisitas.
Ya veo los progresos de Lara. Los años van pasando y se van notando.
Que disfrutes del fin de semana.
Un abrazo.
Me rechifan los dulces con pan :-)))))
ResponderEliminarUn saludito
Hola Cuca!!!! Muy bonita introducción. ..ya imagino la rabia wuevte daría ver como tu bonita ropa iba a manos de tu prima din haberla disfrutado :)
ResponderEliminarEran otros tiempos y otras costumbres, pero está bien recordarlo:)
Las torrijas deliciosas!!!! A mí también me pasa lo de ese delicioso almíbar que se forma si las dejamos reposar y es una auténtica delicia ....
Un besazo y felíz tarde.
Qué tendrán las mamás y las abuelas!!!, Qué rico sabe todo!!!. A veces pienso que son insuperables..., las torrijas, las rosquillas, la leche frita...qué grandes recetas!!!. Un besito a Lara, que ya veo que está super-simpática, jajaja...Besines!!!
ResponderEliminarUnas torrijas deliciosas ! yo solo las hago en semana santa y están deseando que llege para comerlas de hecho ya me lo están recordando ,como si se me pudiera olvidar , muy acertados los consejos de tu madre
ResponderEliminarbesitos
Has tocado uno de los puntos débiles en casa, las torrijas. Nos encantan. Aunque sea un dulce de semana santa, yo las hago de vez en cuando y de verdad que las disfrutamos. Tienes razón, como las que hacen o hacían nuestras madres, ninguna.
ResponderEliminarSaludos
¡Hola Cuca! Me meo con Lara... perdona que sea con lo primero que arranque en escribir... pero me ha hecho una gracia... como ha sabido diferenciar lo que le gusta de lo que no.. que se me ha quedado grabado jajaa... Las torrijas de mama Carmen... espectaculares... como todo lo que hace... no se me olvida ese membrillo... que quedará bien guardado en mi blog para siempre gracias a ti... por compartirla con nosotras... Un beso
ResponderEliminarAins, me encantaaaan!
ResponderEliminar¡Qué buenas están las torrijas! A ver si este año me animo y preparo unas pocas, que entre la falta de tiempo, y demás, no hago nada. Aunque sea una muestrecilla estaría bien para quitarnos el deseo. Lara está para comérsela, pero te la dejaré a ti que tienes más derechos sobre ella, a cambio yo me comeré una de tus torrijas que tienen pintaza. Muchos besos Cuca.
ResponderEliminarAy hija estos postres de toda la vida....mi madre tenía las torrijas a remojo en una natilla ligera que ella llamaba "crema inglesa" que para nada lo es pero supongo que le parecía muy del copetín, jeje...a mí todo lo que esté mojado, me vuelve loca...así que no recuerdo cuántas torrijas me he podido comer a lo largo de mi vida..jeje....lo que si comparto contigo a pesar de la diferencia de edad que nos separa, jeje...es lo de la ropa de calle y la ropa de salir...yo también tenía uniforme entre semana...que gracia esos términos, jeje.....
ResponderEliminarLa pichurrina me la como, está hinchante.....y además preciosa, aprovecha ahora que está bien para que coma bien...no se, si le tienes que engañar le engañas y si le tienes que meter bechamel en la pechuga de pollo se la metes, para que se te ponga fuerte y no coja mas catarros, seguro que ya está la niña inmune a cualquier virus, jaja...¡ha podido con ellos!....ESPERO QUE ME MANDES ALGUNA FOTO DE FRENTE POR WHATSAPP....que con esas coletas me muero....
Un beso gordo para tí reina, cuídate....y disfruta de Lara que crecen que no veas
Marialuisa
Cuca me meo con lo de Lara que sabe , el tiempo con tanta lluvia se limpia la atmofera y ahy menos virus, las torrijas de tu madre de lujo tiene una pinta riquisima felicitala , besitos
ResponderEliminarmira que están buenas las torrijas! eso sí, nunca he podido comerme más de dos, madre mia, como inflan!
ResponderEliminarCuca me he sentido identificada contigo y el uniforme, estudie con monjas y fue todo el colegio midiendo altos de faldas..., jajajajaja en fin. Lo que si no me identifica mucho es lo de ropa de salir y ropa de calle que en eso me recuerdas a Mr.G y a su mamá. Con la idea de guardar la ropa para ocaciones especiales, pero eso se lo he cambiado porque en mi caso cosa que compro, cosa que me pongo sin espera alguna. Las torrijas la verdad no son tradicionales en mi tierra y todas las que veo por esta epoca me provocan un montón, el lío es que ya no me sobra pan, todo lo congelo..., pero quizás haga uno especial para que se endurezca y hacer estas delicias. Lo que dices, no sé responderte o tal vez sí, así como les pasa a nuestras mamás con sus hijos que nos ven como lo mejor, así nos pasa a nosotros con ellas que nadie hace todo tan rico como ellas. Pues que bueno es leerte, siempre es un disfrute. Por cierto, me gusta el cambio que has hecho, tu receta de torrijas así tal cual con almíbar se ve muy buenas..., yo relajada porque pensé que la semana santa era por allá en abril... y plop!plop! que ya llega. Pues esta receta es sencilla, me pasa lo mismo contigo con ese item de fritos, pero bueno, habrá que probar porque eso no me lo niego.
ResponderEliminarDe la pequeña Lara, que alegría leer todas sus ocurrencias, se ve que es muy independiente, con la idea de ir al baño y avisar es sorprendente y grato. Luego con la comida, pues los niños son así, a veces a tenerles paciencia como le pasaba a mi madre con mi hermana que desde bebe no comía casi nada, al contrario de la suscrita que devoraba y lloraba por más comida. Y que bueno que allá pasado tiempo sin ir al pediatra, a veces es bueno relajarse un poco con eso, pero sé que el oficio de ser mamá es una continua lucha y sufrimiento constante por saber que estén bien.
Te mando un abrazo grande y buen fin de semana
" haya" corrección O_O
EliminarHola guapísima
ResponderEliminarLas torrijas me encantan, y las que prepara tu madre tienen una pinta inmejorable. Al verlas pensé que eran hechas con vino y que luego al salir de la sartén se emborrachan en miel, pero a medida que iba leyendo la receta me he dado cuenta que son como las que preparo yo.
Respecto a lo que cuentas de la ropa, a mí no me pasaba eso, todo lo contrario, si por mí fuera andaba "a diario" con la ropa "de salir"jeje... Claro que mis padres no lo permitían, no estaba la economía como para darse ese gustazo.
En los armario de la cocina me pasa como a ti, cuando voy hacer la compra hago acopio de víveres como si se fuera a hundir el mundo y temiera no tener que llevar a la boca en muchos días, y claro, después llega un buen día en que empiezo a hacer "limpieza" y me encuentro que tengo un montón de cosas caducadas. Ahora mismo si te digo que debo tener en casa como unos 20 paquetes de infusiones caducadas te aseguro que no exagero, y si solo fuera eso...
Respecto a lo de Lara, me alegro un montón de que esté bien de salud, y tranquila, disfruta mientras las cosas estén bien, sino lo pasas mal cuando ella está enfermita y cuando está sana, y no es chollo, ¿no crees?... En fin, consejos doy que para mí no tengo, pues a mí con mi madre me ocurre algo parecido.
En fin, que me alegro que la niña esté bien de salud y que vaya haciendo pequeños avances poco a poco, y de las torrijas sobran las palabras, las imágenes son de lo más sugestivas, por más que digas que recién hechas lucen mejor, yo las veo perfectas.
Un besazo guapa.
Pues nuestras madres son tocayas!! Aunque la mía no hace torrijas sí hace otras cositas igual de deliciosas!
ResponderEliminarMe parece que lucen estupendas para la foto, se ven muy doraditas y jugosas, a ver si un día me animo a hacerlas y sigo los consejos de tu mami.
Tan bella Lara con sus ocurrencias y progresos, muchos besitos para ella!
Gracias por compartir esta receta y acertados consejos para que salgan perfectas!
Te ha quedado linda la cabecera del blog!!
Besitos!!
Ayy las madres, cómo cocinan las madres, tienen un don, está claro jajaja Yo intento imitar el arroz con gambas de la mía, pero no hay manera de conseguir su gusto.
ResponderEliminarDe todas maneras tus torrijas se ven estupendas y para estos días que se acercan es una receta muy apropiada, aunque para los que nos gustan los dulces las torrijas son bienvenidas todo el año
Abrazos y buen fin de semana!!
Acabo de leerte y me siento totalmente identificada contigo con la ropa, siempre pasaba lo mismo en mi casa pero, en este caso era mi hermana pequeña quien heredaba mi ropa y que coraje me daba!! aunque ahora pienso que yo era una privilegiada porque a mi me compraban ropa y a ella casi nada, ainss que tiempos!!
ResponderEliminarcon las torrijas también me pasa lo mismo, mi madre las bordaba y yo ni me aproximo a ella.
Estas tuyas se ven riquísimas, felicita a tu mama.
Mil besos y buen fin de semana
Hola!! pues lo de la ropa me suena... jejeje. Nos pasaba igual de pequeñas en casa. Yo como era de la mism talla que mi herman mayor, casi no heredaba nada de ella, pero si que es verdad que muchas veces no estranábamos nada. Y hablando de torrijas, me encanta, pero te confieso que nunca las he preparado yo en casa, si que me entran ganas de hacerlas!! están tan buenas... veo las tuyas y me encantan :) Besos.
ResponderEliminarLeer tus recuerdos me ha removido los míos. No voy a escribir nada sobre ellos porque no es el lugar, pero tengo que darte las gracias por saber llegar al corazón.
ResponderEliminarDile a tu madre que te haga muchas torrijas, por las que no tenemos a nuestras madres con nosotras.
¡Un abrazo!
Cómo te comprendo Cuca. Yo odié el uniforme toda mi vida. Hasta teníamos que llevar el pelo recogido en una coleta.
ResponderEliminarYo hago las torrijas igual que tú, pero muchas gracias por los expertos consejos de tu madre.
Un besito 😘
Cuca, a mí las torrejas de tu madre me recuerdan a las de mi abuela, que las hacía deliciosas. Son de esos platos que nos traen remembranzas de infancia, con sus aromas, lugares y momentos… Siempre son reconfortantes y, aunque se trate de una receta de aprovechamiento cada madre o abuela le da su toquecito, tiene sus técnicas o mañas y costumbres (heredadas o propias).
ResponderEliminarEn cuanto a Lara, me alegra mucho saber que goza de perfecta salud. Y está clarísimo que la niña tiene una verdadera posición tomada sobre lo que, en cuestión de sabores, le gusta y lo que no. Jajaja :D
Beso enorme.
Ah… ¡Casi me olvidaba! Me gusta mucho la pequeña renovación que le has hecho al blog, le quedo muy bonita ;)
ResponderEliminarAhora sí: Hasta la semana que viene :)
Hola preciosa ¡guau!, vengo de una super receta de flan de huevo y me encuentro con un recetón.
ResponderEliminarCuca es que me encantan las torrijas pero ya sabes..., tema fritos..., las he probado a hacer en el horno y te diré que no es lo mismo pero las que publiqué en Thermomixil que hice al vapor, me sorprendieron MUY gratamente. Eso sí, tienes que tener un soplete para tostar el azúcar y quedan muy ricas.
Tu mami las borda porque lleva muchos años haciéndolas, y ya sabes, la experiencia es un grado.
Desde luego tienen una pinta deliciosa. Me comería 2 de golpe ¡Qué ricas Cuca!. Creo que todos los dulces de Pascua, Cuaresma, Semana Santa o como lo queramos denominar ¡Me encantan!.
Mientras leía tu entrada, pensaba -pero si Cuca es más joven que yo, y por lo que explica parece que seamos de la misma quinta. Yo también tenía "mudas" de bonito y luego las normales, al igual que los vestidos, y a mí me gustaba estrenar todo el primer día, imagino que como a todas las niñas.
He visto tu nueva imagen, y me gusta que vayas haciendo pequeños cambios, a mí también me gusta cambiar y probar y quitar y poner, jajaja.
Qué gracia me ha hecho que Lara te pidiera hacer pipi, y luego que te dijera que puré caca. ¡para comérsela!. Me encantan los niños de esta edad, empiezan a hablar y están para babear todo el día. Imagino como estaréis en casa. A disfrutar de vuestra pequeña que los niños crecen muy rápido.
Feliz fin de semana.
Besitos
Hola, me he identificado con muchas cosas de las que escribes y nos cuentas. por ejemplo lo de la ropa. Yo también iba con uniforme al cole, ylos fines de semana, tenía la ropa de salir. Encima, yo tenía mucha pues era mi madre la que me hacía los vestidos, todo todo. Cosía como nadie. Pero esa ropa, se quedaba pequeña en nada y casi sin usar. Al igual que los zapatos. Por eso aprendí , y cuando mis hijas nacieros se lo ponía todo cualquier dia, y yo misma hago igual. No podemos esperar el mañana, hoy cuenta más. por eso hoy, me tomaría una de tus torrijas, seguroq que con sabor tradicional y de tu casa. Un beso preciosa y otro a Lara!!
ResponderEliminarNo sufras, que pintonas siguen estando la foto. Seguro que estaban de vicio. Un besote.
ResponderEliminarComo me recuerda tu historia a cuando yo era muy pequeña,la historia de la ropa seguro que ha pasado en muchas casas y heredar de unos hermanos a otros.
ResponderEliminarLas torrijas de tu madre, todo un lujo, un abrazo de mi parte.
Besitos guapa
Hola, Cuca. Lo del uniforme( aunque hace tanto tiempo) lo recuerdo muy bien con un gran lazo rojo en el cuello. Lo de los trajes de salir nos lo ponía mamá para días de fiesta y para salir de "visita" creo que esa costumbre no la has conocido. Así que las amortizábamos bien.
ResponderEliminarLas torrijas muy buenas, las madres tienen ese toque especial en todo lo que hacen con tanto esmero y cariño.
Me alegro que Lara este tan bien, besos para las dos.
Me encantan las torrijas, pero llevamos tanto tiempo haciéndolas en la escuela, aquí se toman también en carnavales, que las estoy aborreciendo un poco y eso que como ya sabes no llegamos a probarlas jajajajajaja
ResponderEliminarHola guapa...
ResponderEliminarMe encanta tus historias...que no son otras que las nuestras también..
Me siento identificada en todo lo que nos cuentas y revivo con ilusión esa etapa por la que hemos pasado muchas.
He echado de menos ver a tu madre en plena elaboración.. bueno...a mi me hubiese encantado verla...
Una suerte poder disfrutar con ella y que pueda prepararte estas delicias...que parece nos saben mejor.
Unas torrijas deliciosas...y es que con buen pan es normal que salgan así.
Un besito para Lara y otro para tí y para tu madre por hacernos esta delicia.
Feliz fin de semana...ahhhh y suerte en el concurso.
Muy ricas,las torrijas de nuestras madres y abuelas y por supuesto con pan asentado.Besos
ResponderEliminarCuca, las torrijas me chiflan... y las que hacía mi madre (como las que hace la tuya para tí) mucho más... es que están tan ricas... Pero si te digo la verdad, desde que me casé y me vine a vivir a Barcelona... las habré hecho 3 o 4 veces mal contadas... y mira que son rápidas y fáciles de hacer... pero eso de freír... no va mucho conmigo, la verdad. Hace un par de años las hice al horno, y hasta publiqué la receta en el blog, y sinceramente quedaron muy ricas... este año, tengo ganas de volver a hacerlas dándoles una vuelta de rosca... pero a ver si llego.
ResponderEliminarEl tema de ropa "nueva" para los domingos yo también lo viví en mi infancia, la bueno era que en mi cole no se usaba uniforme y así podía disfrutarla algo más.... pero siempre había prendas que no te podías poner, así como así, solo era para salir o para ocasiones contadas... y eso también me daba rabia.
Vaya Lara... jajaja!! Es que los quesitos están muy buenos, Cuca, hija compréndela que a mi sobrino Gabriel de 4 años también le vuelven loco... y le dice lo mismo a su madre, mi sobrina... Vaya estos niños de ahora que saben más de Briján (como dice mi madre) por cierto... ¿tú sabes quién es Briján...? yo nunca lo he sabido pero debió ser un hombre muy sabio, pues estaba en boca de todas nuestras madres... qué buenos tiempos aquellos, ojalá volvieran....
Besos a tu pequeña princesa que cada día sabe más (gracias a Dios) y también para ti. Hasta la próxima...
Muy identificada contigo, la suerte que tienes es poder disfrutar de tu madre, que sea por muchos años. Las torrijas de lujo, tienen una vista estupenda.
ResponderEliminarcomo dices como las torrijas de una madre no hay nada, con cierto cambio por que la mia las hacia con una buena miel y se van regando del caldito que sueltan, como dices un buen pan de horno no tiene nada que ver con el que venden en el superercado que lleva canela a porrillo y sigo haciendolas como mi madre con su pan y su miel, recetas que estan aqui desde tiempos inmemoriales el pan se utilizaba para todo y desde luego no se tiraba, muy buena receta para los dias que se avecinan, no te preocupes tanto de Lara lo que sea llegara y con dos años ya(como pasa el tiempo), cada dia se constipara menos y es que la naturaleza es sabia y poco a poco cogen anticuerpos para defenderse,que edad tan graciosa, estara para comersela con los comentarios que hace y es que tienen unas ocurrencias que te tienes que reir,como te he dicho siempre disfruta de ellas que el tiempo pasa volando, muy buena receta y a mi gente le encanta.
ResponderEliminarHola guapísima !!!
ResponderEliminarYo también llevé uniforme Cuca, con lo que la ropa de calle se quedaba pequeña casi sin haberla puesto. Mi prima, más pequeña que yo si que aprovechaba de mil amores toda mi ropa, que además nos la hacía mi tía que sabía coser como los ángeles. Y a mi me daba rabia, pero que mucha jajaja
Las torrijas caseras son las mejores, el próximo viernes me tocará hacerlas a mí con ayuda de mi madre, que ya está mayor y se cansa pronto, pero le gusta enredar todavía un poco conmigo en la cocina. Y sin duda, las tuyas serán las mejores, porque tienen ese sabor de siempre que tanto nos gusta reconocer.
Desde luego la pinta no puede ser mejor y si me invitas, te dejo el plato hasta con brillo.
No lo dudes, la niña te ha salido ratona, y si es quesito es lo que le gusta y el puré no, poca lucha cabe...ellos ganan por goleada jajaja
Besotes gordos mi niña, feliz semana.
Hoy me he identificado con muchas cosas que dices yo tambien fui a un colegio en el que teniamos que llevar uniforme y mi hijo tambien va a un colegio donde tiene que llevar uniforme , por un ladi esta genial porque te ahorras un monton de dinero en ropa quitando el desembilso que hay que hacer al inicio de curso para comprar todo cuando no dejan de crecer y no le sirve de un año para otro.
ResponderEliminarMi hijo tiene mucha ropa para salir por las tardes no como nos paso a ti y a mi que teniamos la justa y curiosamente siempre se pone la misma ,he dado ropa de su armario sin estrenar por que no le servia cuando se la quiso poner .
Bueno estate tranquila por no ir al pediatra en tres semanas no le va a pasar nada serio ,los niños crecen y se hacen mas inmunes a las enfermedades es normal , me parto cuando leo las ocurrrencias que tiene ,como pedir hacer pis en el bide ,a ver si el quitar el pañal es tarea facil hay niños con los que si el mio para eso fue muy bueno , y decir caca ,pure quesito jajaja me la comia a besos si pudiera.
De las torrijas de tu madre que decirte uuuummmmmmm ,las fotos no dejan de decirme comeme , receta y fotos son de 20 points .
Bicos mil y feliz domingo wapa.
Las torrijas es uno de los dulces que más me gusta!! Y por supuesto como las torrijas de mamá nada se puede comparar!!
ResponderEliminarBesicos!!
Hola Cuca, probaré las torrijas de tu madre, tengo pan casero hecho por mi y mañana o pasado lo utilizaré para hacer las torrijas. Te han quedado con una pinta estupenda. La verdad es que lo que cuentas de tu niña me hace recordar que parece que fue ayer que la mía tenía la edad de la tuya, y ya tiene 20 años. Sigue disfrutandola . Besos.
ResponderEliminarYo también soy muy de aprovechar y reutilizar y las torrijas son super socorridas. Además lo mismo sirven a modo de desayuno o merienda que poste.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo enorme y disfruta(las)
Hola Cuca por fin llego a tu cocina.
ResponderEliminarLlevo unos días que me faltan horas!!
Mi madre es de las que no soporta tirar el pan, así que durante todo el año no para de hacer torrijas. Yo al estar lejos pues no las pruebo, pero las pobres de mis hermanas le salen ya hasta por las orejas jeje.
Qué razón tienes cuando dices que dejamos lo mejor para la ocasión y quizás esa ocasión no llega.
Me parto de risa con lo que cuentas de Lara, madre mía qué graciosa debe de estar.
Sobre quitarle los pañales ya sabes que cada uno es diferente. Mi hija antes de los dos aÑos ya se los había quitado, pero eso era cosa más de ella más que mía :)
No quiero que pienses en nada malo.¿O es que echas de menos al pediatra? jaja
Un beso!!! Te ha quedado muy chuli la cabecera del Blog!!
Que lista me parece que va a ser tu niña Cuca, ya apunta maneras jeje. Con respecto a las torrijas, me encantan, y las hago muy parecidas a las de tu madre y como no....siempre con pan bueno del día anterior, no hay nada como una buena barra de la panadería!!
ResponderEliminarPoco a poco te está quedando el blog muy bonito y fino, yo también estoy en ello, quiero darle un aire diferente al que tengo....ya veremos!
Un bst guapa
Un bst.
Las torrijas son siempre bien recibidas, al menos en mi casa, nos encantan, en todas sus versiones. A mi me gustan más cuando están así, con el azúcar derretida , más que recien hechas, son más jugosas y es una delicia rebañar ese almíbar... me comía unas cuantas ahora mismo. Bs.
ResponderEliminarHola, Cuca:
ResponderEliminarNo sabes cómo me he reído leyendo tus anécdotas infantiles porque me retrotraía a mi infancia y me recordaba situaciones similares. Ciertamente, heredamos algunos "temores" y algunos "trucos de supervivencia". Entiéndase como tales, guardar para que no escasee y aprovechar los restos de las sobras de la comida.
Respecto a las torrijas, yo recuerdo con mucho cariño las de mi abuela materna. Debo reconocer que en mi memoria no guardo la imagen de una abuela cansada trabajando en la cocina, sino con facilidad para tal menester y con muy buena mano. De ahí que en mi último artículo ponga en valor la mano de los cocineros y recuerde a todas esas abuelas que tenían simplemente arte entre pucheros. Como decía, sus torrijas (y todo lo que cocinaba) le quedaban de lujo. Y aunque me preocupé por pegarme a sus faldas para aprender esos secretos inconfesados, nunca he logrado que sepan como cuando ella las hacían. Quizá nuestra niñez guarda sabores y olores irrepetibles en nuestra edad adulta. Por todo lo cual, estoy completamente segura de que las torrijas de mamá Carmen están para chuparse los dedos y no dejar ni una porque estaríamos pecando.
Un beso enorme y feliz semana.
No se que tienen las madres que lo bordan, chiquilla!! Lo mismo me pasa a mi con la tortilla de patatas, como la de mi madre, nada. Estas torrijas están para chuparse los dedos.
ResponderEliminarBesos
Bueno si, las recetas de nuestras mamas son las mejores, nos regresan a esos mejores momentos de la infancia con esos sabores y olores. Pero las torrijas que nos muestras se ven muy buenas! Estoy segura que la receta de tu mama es de a 100!
ResponderEliminarBs
Yo como mucho tengo ropa de oficio (o de oficina) y ropa mía. Mía que es como llamo a dos pantalones bombacho, cuatro o cinco camisetas de las que tal vez alguna no tenga agujeros por los que entre un dedo, y botas de montaña (en Madrid). El resto, es ficción, oficio o como lo queramos llamar, ropa que se tiene porque hay que ir adecuadamente vestido a los sitios...
ResponderEliminarLas recetas de las madres son buenisimas y estas torrijas están de muerte, a mi me encanta reciclar el pan, las recetas de toda la vida son la mejores.
ResponderEliminarMadre mia como pasa el tiempo Lara ya tiene dos añitos, seguro que poco a poco irá aprendiendo a todo lo que tenga que aprender, solo hay que tener paciencia.
Besinos
El toque de Belén
Me ha encantado la receta y me ha encantado tu historia. Forma parte un pedacito de ti, y que tantos hogares españoles hemos vivido la misma experiencia. En mi caso, yo heredaba la ropa de mi hermana y yo deseaba que ella creciera rápido porque me gustaban lo que le habían comprado. Esas costumbres se quedan de guardar "la ropa de todos los días", y "la de vestir". Hasta que un día te das cuenta que la ropa que te la pones poco, cuando vas a ponértela no te viene porque has engordado y piensa uf que lastima con lo que me gustaba esa prenda y no me entra. Las veces que me apetecía ponérmela y pensaba no, para una ocasión especial no se vaya a estropear, y luego surja algo y no tenga que ponerme. Si darnos cuenta repetimos los mismo errores, un beset Cuca
ResponderEliminarCuca, siempre me río con tus relatos y sin son largos, mejor...Las torrijas de tu madre son una maravilla, y siempre me pregunto lo mimso que tú, ¿qué tendrá la comida de las madres que la hace tan especial? Yo cocino desde los 12 años y auqnue ya tengo 51, creo que nunca cogeré el puntito de la comida de mi madre o de mi suegra, ja, ja,ja... Con respecto a la ropa sólo te contaré que tengo dos hermanos mayores varones, y la ropa de ellos no iba a parar a ningún primo, "no te digo ná y te lo digo tó", ja, ja, ja...Me parto con las ocurrencias de Lara, sabe misaaaaaa...
ResponderEliminarBesos y feliz semana!
Me he visto totalmente reflejada en tu relato Cuca. Será por eso que yo también amo la cocina de reciclaje y que me acuerdo también de aquellas restricciones de utilizar "la ropa de los domingos" , en los que casi era sacrilegio vestirla para el día a día , a no ser que fuera un día especial , o un día de visita médica.
ResponderEliminarMenos mal que ese tema ha cambiado y miramos la vida desde otra perspectiva , como dice el refrán : No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy .
Las torrijas me encantan y síiiiiiiii, ellas tienen un don especial y aunque repitamos sus recetas , como las de ellas ninguna.
Qué gracia Lara, la verdad que tienen cada ocurrencia que nos dejan temblando jaja..
Un abrazo.
Desde luego como las comidas de las madres nada, son las mejores, estas torrijas que nos traes se ven deliciosas, un postre para degustar todo el año.
ResponderEliminarBesitos.
En mi familia pasaba lo mismo con la ropa, sólo que en nuestro caso eramos nosotras (mi hermana y yo) quienes "heredábamos" la ropa de las primas ricas de Madrid y éstas tenían la manía de no crecer al mismo ritmo que nosotras, ropa bonita pero que nos quedaba corta de mangas y como hemos recordado de mayores mi hermana y yo, decimos que nosotras inventamos la manga francesa por obligación antes que se pusiera de moda. Respecto a las torrijas, tienes razón como las de la madre de cada una, no hay otras!! aunque reconozco que para torrijas las que hacía mi marido. Eso sí el primero hervía la leche con azúcar y cáscara de naranja y limón y cuando estaba tibia la ponía sobre el pan, conseguía unas torrijas cuyo centro se parecía a crema pastelera en textura. Una verdadera delicia.!!! Qué bien que Lara empiece la primavera sin moquitos, toses y catarros..me alegro, y seguro que yo también preferiría el quesito al pure. Un enorme abrazo
ResponderEliminar¡Ay mi niña! No te puedes imaginar cómo te entiendo, a mí me ha pasado con mis hijos algo muy similar a lo que te ha ocurrido con esa ropa que siempre se decía "para los domingos"
ResponderEliminarMis hijos, los cinco, han ido a un colegio que llevaban uniforme y prácticamente era lo único que usaban, el resto de las ropas les quedaban pequeñas en menos de que canta un gallo y los más pequeños, tenían que ir poniéndose la ropa de sus mayores, si a esto añades que tengo tres hijas y que, en aquél entonces las vestía casi iguales, la más pequeña echaba chispas porque siempre llevaba el mismo vestido.
En cuanto a tus torrijas, yo estoy de acuerdo y puedo repetir contigo: Las mejores son las de nuestras madres ¡Bendita tú que la tienes!
Anda, dale un abrazo de mi parte, dile que si hay algo que valoro y añoro en mi vida de ahora es el abrazo de una madre.
Para las dos, cariños.
Kasioles
Las torrijas están muy ricas y a ti te han quedado con muy buena pinta. Y es verdad que cuando las preparan nuestras madres tienen un sabor especial..... Besos
ResponderEliminarhola Cuca!! es cierto eso que dices que la mejor torrija es la de pan, pan! aunque es también verdad que las mejores torrijas que he probado estaban hechas de mona de pascua dura, la mona con un huevo que hacemos aquí en levante , están deliciosas! pero como las de tu madre seguro que no jajajaja,
ResponderEliminarYo me estoy dando cuenta que estoy pasando a ser la "madre que todo lo que cocina está rico " jajaja, mi hijo mayor está rendido a mis croquetas, y a todo lo que hago, todo está rico! y me dice que me infravaloro cuando prueba mis croquetas de jamón ajajaja, porque dice que son soberbias , y yo me parto de la risa!
Me alegra ver que Lara está haciéndose mayor y por tanto su sistema inmunológico más fuerte y te libera de visitas médicas jajaja.
un besazo y disfruta de estas fiestas y de esas torrijas!!
Cuca, lo primero y principal es que tus torrijas son inmejorables, yo tambien hago las de mi madre, y esas eran las que pensaba hacer este año, pero buscando una botella encontre la de caña de guindas, y me dio un flasch jajajaja, pero tengo pan ya preparado para hacer las de mi madre que son como las de toda la vida, como las tuyas, que esas son las de nuestros recuerdos. Ahora te voy a dejar un truco, que aunque lo puse en la receta de las torrijas, lo reitero, a los huevos de rebozar las torrijas, añadele una clara, no esuna tonteria creeme, no tendras que tirar el aceite de freirlas ni cambiarlas, no le salen burbujas ni hilillos, y no se pone negro, pruebalo y me cuentas, yo desde hace años ya lo hago asi, un abrazo guapa
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