Natillas fáciles con bebida de avellanas y chocolate (en Monsieur Cuisine Plus)
Soy consumista. Yguardo cosas y más cosas en casa.
- Menuda novedad, pensaréis más de uno. Todos consumimos y todos tenemos cosas en casa.
Soy consciente. Pero creo que lo mío empezaba a encaminarse hacia el síndrome de Diógenes.
El año pasado, en el mes de febrero y de mayo, hubo una recogida de ropa para una ONG en la guardería de Lara y nosotros contribuimos con la friolera de diez sacos (sí, sí, sacos de plástico) de ropa. Decidí que había cosas que si no me había puesto en años no me iba a acordar de ponerme ahora, y lo mismo con ropa de mi señor esposo.
No duró demasido el hueco en los armarios pues en cuatro clicks en el ordenador en cuestión de un par de meses volvía a tener los armarios atestados. Algunas de esas prendas siguen con la etiqueta colgando.
Durante el embarazo de Elena fui reorganizando muchas cosas. Un nuevo bebé llegaba a casa y había que hacerle su espacio.
Empecé a sentirme mal por todo lo que se acumulaba en cualquier habitación de casa y decidí darle solución.
Ya sabéis que hace bastante tiempo que estoy intentando dar salida a todos esos ingredientes "imprescindibles" que compro para hacer algún postre y una vez están en casa se quedan cogiendo polvo en los armarios de la cocina. Os aseguro que el espacio se nota.
Además estoy intentando ponerle solución a cierta manía que tengo y que se resume en que habitualmente no sé comprar una única unidad de un producto. Por ejemplo si veo una tableta de chocolate en oferta en lugar de una pues dos o tres que van para casa. Aunque sólo necesite una. Aunque haya más tabletas en la cocina. Da lo mismo. Compro como si el supermercado más próximo estuviera a 400 kilómetros y los hiciera en burro.
En uno de mis ataques de organización, el pasado verano, reuní todas las muestras de colonia que había en casa. Esos tubitos de cristal que nos dan en la perfumería cuando nos hemos dejado un riñón en potis o colonias, que parece que te estuvieran regalando oro puro, y que acaban por los cajones de los armarios del baño
Aluciné cuando los vi todos juntos. Allí había para llenar tres botes de esos que pagamos a setenta y ochenta euros, así que el próximo objetivo se centró en utilizar esas muestras además de terminar los quince botes de colonia que tenía empezados (por no decir que en la mayoría quedaba poco más que un culín) ¡Se ha quedado la balda del armario del baño irreconocible!
Casi vergüenza me da hablar de la colección de jaboncitos y botecitos de gel o champú de los hoteles. Que llegas a un hotel y parece que el jabón que hay en el baño sea de platino porque sí o sí los acabas echando en la maleta. ¿Qué te hace pensar que si en el hotel no los has usado porque llevas los tuyos los va a usar en casa?
Luego viene la parte de autoconvencimiento. A saber: "Es que los colecciono" "Es que son un recuerdo de nuestros viajes"
Ya.
Te los traes porque los has pagado al reservar la habitación. Y punto. Es algo innato. La mayoría lo hace.
Pues ahí había jabones "de recuerdo" desde mi primer viaje a Italia. Año 1996. Ha llovido bastante. Un neceser (casi gigante) lleno de jabones. Que yo pensaba que igual alguno (o todos) había malo. En absoluto. Estaban todos intactos. Así que los botecitos líquidos han ido rellenando el dosificador de jabón del baño y nos hemos lavado las manos con cierta mezcla de gel y champú de hotel (que yo tengo la ligera sospecha de que solo cambia el nombre en el bote pero no el producto que alberga en su interior, pero eso ya lo dejamos para otro día) y los jaboncitos de tocador los he ido utilizando yo para terminar de desmaquillarme. Y otro montón de espacio que he ganado en el baño (y que no he llenado como hice con las baldas de la ropa)
Así que ahora el propósito es utilizar primero lo que ya hay en casa y cuando se acabe se repone ¡pero de uno en uno! Me cuesta, pero no hay nada mejor que insistir.
Ahora os voy a contar una cosa completamente contraria a lo que estoy intentando predicar. En el mes de diciembre me hice con un nuevo cacharro de cocina ¡es que soy débil!
Lidl iba a poner a la venta su robot Monsieur Cuisine Plus en pocos días. Me enteré que se podía adquirir un poco antes online, sin esperas, sin colas, sin carreras por el supermercado y como soy de tarjeta fácil y click rápido ¡me hice con uno!
¿Qué me iba a decir mi costillo si por aquel entonces tenía una barriga que era casi como un estadio de fútbol? De todos es sabido que a las embarazadas no se las contraría. Así que unos días después estaba la maquinita en la puerta de casa y yo más feliz que una perdiz.
Fui un poco cauta en su manejo al principio, pero durante mi baja en casa he podido ir investigando un poco más y se ha convertido en un gran aliado a la hora de preparar comidas y postres. Sobre todo postres. No tengo remedio.
La receta de hoy es de esas facilonas hasta decir basta, y ya si se hace con ayuda de un aparato de estos es de vagos totales. Cuesta incluso llamarla receta.
Pero lo que a mí me ha conquistado es el sabor y por eso decidí que merecía la pena compartirla con vosotros y que quedara guardada en el blog.
Un mes llegó a casa en la caja de productos a la que estoy suscrita un brick de bebida vegetal de avellanas. No es que yo sea especialmente fan de estas bebidas (mención aparte merece mi enganche a la de soja en determinadas épocas de mi vida) pero os aseguro que por una u otra razón las he probado casi todas (nuez, arroz, coco, avena...)
En esta ocasión no me apetecía bebérmela pero tampoco quería que se quedara en el armario pillando polvo meses y meses y de repente se me encendió una lucecita.
Avellanas, chocolate... ¿a qué me recuerda eso? A cosas ricas tipo los Ferrero Rocher, la Nutella o la Nocilla.
Así que acordándome de unos sobres de preparado para flan que había en el armario y una tableta de chocolate negro artesanal que estaba a punto de caducar porque estaba bastante escondido para no arrasar con él a bocado limpio pensé que sobre la marcha me hacía unas natillas.
Fue visto y no visto, porque con el cacharrito no se tarda nada y lo mejor es que no hay que estar pendiente ¡No sabéis lo vaga que me estoy volviendo en este sentido!
Que no sé si es vagancia o practicidad, porque si tengo una máquina que lo hace yo puedo estar a otras cosas ¿no?
Probé un poquito de la bebida vegetal antes de usarla para la receta y debo reconocer que el sabor me sorprendió. Tiene un gusto sutil a avellanas que a mí me resultó muy rico.
Yo pensaba que al usar esta bebida y un buen chocolate mis natillas iban a saber a crema de cacao. Pero no. El sabor de la avellana es sutil y predomina el chocolate.
Que no me quejo ¿eh? Que ricas están un rato pero yo había imaginado otro sabor.
Aquí lo fundamental es utilizar un chocolate bueno. Todos sabemos que cuando las recetas llevan pocos ingredientes deben ser de calidad para que lo que preparamos sea un éxito.
Para prepararlas no es necesario que compréis la leche de avellana. A ver, si tenéis curiosidad, pues compradla, que no está de más probar cosas nuevas. Que no, pues con la que tengáis en casa, ya sea de vaca o cualquier bebida vegetal, que unas ricas natillas de chocolate siempre alegran el corazón ¿o no?
Y con la ola de calor que nos está asolando (que el verano ha llegado pisando más que fuerte) ¿a quién no le apetecen unas natillas fresquitas para el postre o para la merienda?
Los boles de las fotos tienen loca a mi niña. La base imita al barquillo de los cucuruchos ¡más veraniegos imposible! Los he tenido que cambiar de sitio y colocar en alto, porque a la mínima los tenía en la mano, y no es que me moleste que juegue con ellos, es que se le caen mil quinientas veces al suelo y temo por la integridad de los cacharros, que son tan cuquis que me daría pena quedarme sin ellos.
Por cierto, las cucharillas aún no las conoce. Si las hubiera visto hace tiempo que habrían pasado a formar parte de su arsenal de accesorios de la cocinita. Que yo entiendo que necesita una cantidad importante porque para dar de comer a la legión de 11 Nenucos que ya atesora se necesita buena cantidad de menaje.
Cosas de niñas ¿qué os voy a contar que la mayoría no sepáis ya?
Porque Lara se entretiene con sus juguetes, no voy a decir que no, pero tiene una imaginación desbordante y cuando menos acuerdo está en el salón con un puñado de nuestros cubiertos y la mitad de los boles que tengo en la cocina a su alcance (los de plástico, por supuesto, que desde que ella campa por su respeto hay cosas como los cuchillos o los boles que se rompen que han necesitado una nueva ubicación) y está preparando la comida para todos sus niños y hablando con ellos como su seño lo hace en la guardería.
Y a mí me gusta que juegue con cualquier cosa que haya a su alcance, creo que es importante para que desarrolle su imaginación y su creatividad. Su padre lo lleva peor. Parece que le cuesta entender que los niños necesitan muchas cosas para jugar (aunque curiosamente no es él el que se pasa el día dando vueltas por casa y colocando) y que sólo recogen cuando se han cansado, no antes de sacar otro juguete.
Me voy del tema, lo estoy viendo. Espero que os animéis con estas sencillas natillas. Si no tenéis un robot de cocina (Monsieur Cuisine o Thermomix) podéis hacerlas de manera tradicional, que también os dejo la receta ¡y no os olvidéis de coger uno de los boles que tengo guardados para vosotros!
Por cierto, el tema de la decoración es completamente opcional. Pero tenía estas bolitas rosas tan monas y me parecieron ideales para ponerle un toque de color al postre (y de paso darles salida)
Ingredientes:
- Menuda novedad, pensaréis más de uno. Todos consumimos y todos tenemos cosas en casa.
Soy consciente. Pero creo que lo mío empezaba a encaminarse hacia el síndrome de Diógenes.
El año pasado, en el mes de febrero y de mayo, hubo una recogida de ropa para una ONG en la guardería de Lara y nosotros contribuimos con la friolera de diez sacos (sí, sí, sacos de plástico) de ropa. Decidí que había cosas que si no me había puesto en años no me iba a acordar de ponerme ahora, y lo mismo con ropa de mi señor esposo.
No duró demasido el hueco en los armarios pues en cuatro clicks en el ordenador en cuestión de un par de meses volvía a tener los armarios atestados. Algunas de esas prendas siguen con la etiqueta colgando.
Durante el embarazo de Elena fui reorganizando muchas cosas. Un nuevo bebé llegaba a casa y había que hacerle su espacio.
Empecé a sentirme mal por todo lo que se acumulaba en cualquier habitación de casa y decidí darle solución.
Ya sabéis que hace bastante tiempo que estoy intentando dar salida a todos esos ingredientes "imprescindibles" que compro para hacer algún postre y una vez están en casa se quedan cogiendo polvo en los armarios de la cocina. Os aseguro que el espacio se nota.
Además estoy intentando ponerle solución a cierta manía que tengo y que se resume en que habitualmente no sé comprar una única unidad de un producto. Por ejemplo si veo una tableta de chocolate en oferta en lugar de una pues dos o tres que van para casa. Aunque sólo necesite una. Aunque haya más tabletas en la cocina. Da lo mismo. Compro como si el supermercado más próximo estuviera a 400 kilómetros y los hiciera en burro.
En uno de mis ataques de organización, el pasado verano, reuní todas las muestras de colonia que había en casa. Esos tubitos de cristal que nos dan en la perfumería cuando nos hemos dejado un riñón en potis o colonias, que parece que te estuvieran regalando oro puro, y que acaban por los cajones de los armarios del baño
Aluciné cuando los vi todos juntos. Allí había para llenar tres botes de esos que pagamos a setenta y ochenta euros, así que el próximo objetivo se centró en utilizar esas muestras además de terminar los quince botes de colonia que tenía empezados (por no decir que en la mayoría quedaba poco más que un culín) ¡Se ha quedado la balda del armario del baño irreconocible!
Casi vergüenza me da hablar de la colección de jaboncitos y botecitos de gel o champú de los hoteles. Que llegas a un hotel y parece que el jabón que hay en el baño sea de platino porque sí o sí los acabas echando en la maleta. ¿Qué te hace pensar que si en el hotel no los has usado porque llevas los tuyos los va a usar en casa?
Luego viene la parte de autoconvencimiento. A saber: "Es que los colecciono" "Es que son un recuerdo de nuestros viajes"
Ya.
Te los traes porque los has pagado al reservar la habitación. Y punto. Es algo innato. La mayoría lo hace.
Pues ahí había jabones "de recuerdo" desde mi primer viaje a Italia. Año 1996. Ha llovido bastante. Un neceser (casi gigante) lleno de jabones. Que yo pensaba que igual alguno (o todos) había malo. En absoluto. Estaban todos intactos. Así que los botecitos líquidos han ido rellenando el dosificador de jabón del baño y nos hemos lavado las manos con cierta mezcla de gel y champú de hotel (que yo tengo la ligera sospecha de que solo cambia el nombre en el bote pero no el producto que alberga en su interior, pero eso ya lo dejamos para otro día) y los jaboncitos de tocador los he ido utilizando yo para terminar de desmaquillarme. Y otro montón de espacio que he ganado en el baño (y que no he llenado como hice con las baldas de la ropa)
Así que ahora el propósito es utilizar primero lo que ya hay en casa y cuando se acabe se repone ¡pero de uno en uno! Me cuesta, pero no hay nada mejor que insistir.
Ahora os voy a contar una cosa completamente contraria a lo que estoy intentando predicar. En el mes de diciembre me hice con un nuevo cacharro de cocina ¡es que soy débil!
Lidl iba a poner a la venta su robot Monsieur Cuisine Plus en pocos días. Me enteré que se podía adquirir un poco antes online, sin esperas, sin colas, sin carreras por el supermercado y como soy de tarjeta fácil y click rápido ¡me hice con uno!
¿Qué me iba a decir mi costillo si por aquel entonces tenía una barriga que era casi como un estadio de fútbol? De todos es sabido que a las embarazadas no se las contraría. Así que unos días después estaba la maquinita en la puerta de casa y yo más feliz que una perdiz.
Fui un poco cauta en su manejo al principio, pero durante mi baja en casa he podido ir investigando un poco más y se ha convertido en un gran aliado a la hora de preparar comidas y postres. Sobre todo postres. No tengo remedio.
La receta de hoy es de esas facilonas hasta decir basta, y ya si se hace con ayuda de un aparato de estos es de vagos totales. Cuesta incluso llamarla receta.
Pero lo que a mí me ha conquistado es el sabor y por eso decidí que merecía la pena compartirla con vosotros y que quedara guardada en el blog.
Un mes llegó a casa en la caja de productos a la que estoy suscrita un brick de bebida vegetal de avellanas. No es que yo sea especialmente fan de estas bebidas (mención aparte merece mi enganche a la de soja en determinadas épocas de mi vida) pero os aseguro que por una u otra razón las he probado casi todas (nuez, arroz, coco, avena...)
En esta ocasión no me apetecía bebérmela pero tampoco quería que se quedara en el armario pillando polvo meses y meses y de repente se me encendió una lucecita.
Avellanas, chocolate... ¿a qué me recuerda eso? A cosas ricas tipo los Ferrero Rocher, la Nutella o la Nocilla.
Así que acordándome de unos sobres de preparado para flan que había en el armario y una tableta de chocolate negro artesanal que estaba a punto de caducar porque estaba bastante escondido para no arrasar con él a bocado limpio pensé que sobre la marcha me hacía unas natillas.
Fue visto y no visto, porque con el cacharrito no se tarda nada y lo mejor es que no hay que estar pendiente ¡No sabéis lo vaga que me estoy volviendo en este sentido!
Que no sé si es vagancia o practicidad, porque si tengo una máquina que lo hace yo puedo estar a otras cosas ¿no?
Probé un poquito de la bebida vegetal antes de usarla para la receta y debo reconocer que el sabor me sorprendió. Tiene un gusto sutil a avellanas que a mí me resultó muy rico.
Yo pensaba que al usar esta bebida y un buen chocolate mis natillas iban a saber a crema de cacao. Pero no. El sabor de la avellana es sutil y predomina el chocolate.
Que no me quejo ¿eh? Que ricas están un rato pero yo había imaginado otro sabor.
Aquí lo fundamental es utilizar un chocolate bueno. Todos sabemos que cuando las recetas llevan pocos ingredientes deben ser de calidad para que lo que preparamos sea un éxito.
Para prepararlas no es necesario que compréis la leche de avellana. A ver, si tenéis curiosidad, pues compradla, que no está de más probar cosas nuevas. Que no, pues con la que tengáis en casa, ya sea de vaca o cualquier bebida vegetal, que unas ricas natillas de chocolate siempre alegran el corazón ¿o no?
Y con la ola de calor que nos está asolando (que el verano ha llegado pisando más que fuerte) ¿a quién no le apetecen unas natillas fresquitas para el postre o para la merienda?
Los boles de las fotos tienen loca a mi niña. La base imita al barquillo de los cucuruchos ¡más veraniegos imposible! Los he tenido que cambiar de sitio y colocar en alto, porque a la mínima los tenía en la mano, y no es que me moleste que juegue con ellos, es que se le caen mil quinientas veces al suelo y temo por la integridad de los cacharros, que son tan cuquis que me daría pena quedarme sin ellos.
Por cierto, las cucharillas aún no las conoce. Si las hubiera visto hace tiempo que habrían pasado a formar parte de su arsenal de accesorios de la cocinita. Que yo entiendo que necesita una cantidad importante porque para dar de comer a la legión de 11 Nenucos que ya atesora se necesita buena cantidad de menaje.
Cosas de niñas ¿qué os voy a contar que la mayoría no sepáis ya?
Porque Lara se entretiene con sus juguetes, no voy a decir que no, pero tiene una imaginación desbordante y cuando menos acuerdo está en el salón con un puñado de nuestros cubiertos y la mitad de los boles que tengo en la cocina a su alcance (los de plástico, por supuesto, que desde que ella campa por su respeto hay cosas como los cuchillos o los boles que se rompen que han necesitado una nueva ubicación) y está preparando la comida para todos sus niños y hablando con ellos como su seño lo hace en la guardería.
Y a mí me gusta que juegue con cualquier cosa que haya a su alcance, creo que es importante para que desarrolle su imaginación y su creatividad. Su padre lo lleva peor. Parece que le cuesta entender que los niños necesitan muchas cosas para jugar (aunque curiosamente no es él el que se pasa el día dando vueltas por casa y colocando) y que sólo recogen cuando se han cansado, no antes de sacar otro juguete.
Me voy del tema, lo estoy viendo. Espero que os animéis con estas sencillas natillas. Si no tenéis un robot de cocina (Monsieur Cuisine o Thermomix) podéis hacerlas de manera tradicional, que también os dejo la receta ¡y no os olvidéis de coger uno de los boles que tengo guardados para vosotros!
Por cierto, el tema de la decoración es completamente opcional. Pero tenía estas bolitas rosas tan monas y me parecieron ideales para ponerle un toque de color al postre (y de paso darles salida)
Ingredientes:
* Un litro de bebida de avellana
* 100 gramos de chocolate negro (de buena calidad)
* 50 gramos de azúcar
* Un sobre de preparado para natillas (para un litro)
* Bolitas de azúcar para decorar
* 100 gramos de chocolate negro (de buena calidad)
* 50 gramos de azúcar
* Un sobre de preparado para natillas (para un litro)
* Bolitas de azúcar para decorar
Elaboración en Monsieur Cuisine:
1. Ponemos en el vaso el chocolate troceado y el azúcar y programamos 20 segundos a velocidad 7
2. Una vez pulverizado el chocolate añadimos la bebida y el sobre para natillas y programamos 15 minutos, 95 grados, velocidad 3
3. Cuando alcance la temperatura programamos 8 minutos, velocidad 3, 95 grados
4. Vertemos en los boles, dejamos enfriar, tapamos y pasamos al frigorífico
5. En el momento de servir decoramos con unas bolitas de azúcar.
Elaboración tradicional:
1. En una cacerola ponemos a fuego medio-bajo el chocolate en trozos, el azúcar y el litro de bebida salvo un vaso que reservamos. Vamos removiendo hasta que el chocolate esté disuelto y la mezcla a punto de hervir.
2. En el vaso de bebida reservada desleímos el sobre de preparado para natillas y lo añadimos a la olla cuando el contenido esté a punto de romper a hervir. Removemos y mantenemos al fuego hasta que espese ligeramente.
El resto de pasos igual que en la elaboración con Monsieur Cuisine.
Más sencillo imposible ¿verdad? Y en un abrir y cerrar de ojos tendremos un refrescante y apetecible postre ¿O acaso alguien se podría resistir a uno de estos coloridos boles?
Para conservarlos lo mejor es dejarlos atemperar en la encimera de la cocina y una vez fríos tapar y guardar en el frigorífico.
Si vais con prisa y tenéis hueco os cuento mi truco. En lugar de tapar bol a bol con film transparente los meto dentro de un tupper alargado que tiene altura suficiente, le coloco su tapadera ¡y al frigorífico!
Comodísimo además porque no están los boles sueltos por las baldas del frigorífico y sobre el tupper puedo colocar lo que necesite. Además de mucho más ecológico porque es plástico que no estamos utilizando. Que en casa se recicla todo ¡no podía ser de otro modo! (que hasta Lara controla ya lo de separar y más o menos sabe qué tiene que echar en cada bolsa de las que tenemos en casa para los residuos) pero no hay mejor gesto hacia el medio ambiente que el de ahorrarnos usar plásticos o papeles innecesarios.
Esta receta va para mi amiga Marisa y su reto 1+/-100 desperdicio 0 del que os he hablado en más de una ocasión. De hecho me despedí con una receta para ella y ya estaba tardando en subir otra porque sabéis que me encanta reciclar y aprovechar todo lo que tengo en casa y estas natillas son del más puro aprovechamiento.
No quiero extenderme mucho más con la entrada de hoy, pero no me puedo marchar sin contaros que esta tarde es la fiesta de la guardería de Lara y que hace justo una semana se abrió una brecha en la frente precisamente también en la guardería.
Iba corriendo por el pasillo al salir del baño, se cayó y fue a dar con el marco de la puerta del aula que estaba abierta y herida al canto.
Me llamaron cuando estábamos a punto de salir a recogerla (ahora la recoge mi padre) y cuando llegó a casa llamé a mi trabajo para avisar que llegaba más tarde porque nos íbamos para urgencias porque no me atrevía a dejarle la brecha sin que un médico decidiera si necesitaba punto de sutura o de aproximación.
Por suerte con los puntos de aproximación hemos tenido pero el fin de semana pasada se quedó sin piscina porque no se le podía mojar ni darle el sol.
Es el primer susto gordo que nos llevamos pero no os imagináis lo serena y tranquila que estuvo cuando las enfermeras le estuvieron limpiando y tocando la herida hasta determinar qué iban a hacer con la brecha. Creo que yo me hubiera portado bastante peor.
En otra ocasión os cuento la historia con más detenimiento
Mientras tanto ¡sed felices y no paséis mucho calor!
Más sencillo imposible ¿verdad? Y en un abrir y cerrar de ojos tendremos un refrescante y apetecible postre ¿O acaso alguien se podría resistir a uno de estos coloridos boles?
Para conservarlos lo mejor es dejarlos atemperar en la encimera de la cocina y una vez fríos tapar y guardar en el frigorífico.
Si vais con prisa y tenéis hueco os cuento mi truco. En lugar de tapar bol a bol con film transparente los meto dentro de un tupper alargado que tiene altura suficiente, le coloco su tapadera ¡y al frigorífico!
Comodísimo además porque no están los boles sueltos por las baldas del frigorífico y sobre el tupper puedo colocar lo que necesite. Además de mucho más ecológico porque es plástico que no estamos utilizando. Que en casa se recicla todo ¡no podía ser de otro modo! (que hasta Lara controla ya lo de separar y más o menos sabe qué tiene que echar en cada bolsa de las que tenemos en casa para los residuos) pero no hay mejor gesto hacia el medio ambiente que el de ahorrarnos usar plásticos o papeles innecesarios.
Esta receta va para mi amiga Marisa y su reto 1+/-100 desperdicio 0 del que os he hablado en más de una ocasión. De hecho me despedí con una receta para ella y ya estaba tardando en subir otra porque sabéis que me encanta reciclar y aprovechar todo lo que tengo en casa y estas natillas son del más puro aprovechamiento.
No quiero extenderme mucho más con la entrada de hoy, pero no me puedo marchar sin contaros que esta tarde es la fiesta de la guardería de Lara y que hace justo una semana se abrió una brecha en la frente precisamente también en la guardería.
Iba corriendo por el pasillo al salir del baño, se cayó y fue a dar con el marco de la puerta del aula que estaba abierta y herida al canto.
Me llamaron cuando estábamos a punto de salir a recogerla (ahora la recoge mi padre) y cuando llegó a casa llamé a mi trabajo para avisar que llegaba más tarde porque nos íbamos para urgencias porque no me atrevía a dejarle la brecha sin que un médico decidiera si necesitaba punto de sutura o de aproximación.
Por suerte con los puntos de aproximación hemos tenido pero el fin de semana pasada se quedó sin piscina porque no se le podía mojar ni darle el sol.
Es el primer susto gordo que nos llevamos pero no os imagináis lo serena y tranquila que estuvo cuando las enfermeras le estuvieron limpiando y tocando la herida hasta determinar qué iban a hacer con la brecha. Creo que yo me hubiera portado bastante peor.
En otra ocasión os cuento la historia con más detenimiento
Mientras tanto ¡sed felices y no paséis mucho calor!
Manos a la masa y ¡bon appétit!
Buenos dias Cuca, te diré que el tema reorganización casera lo llevo bastante al día, primero por una cuestión de espacio y después porque como ha sido una constante en la casa de mis padres, donde no hay manera de tirar nada, terminé por tomarle manía a tanto guardar. Sí me parece bueno el reciclaje que haces de todo, ropa, comida,... en eso tienes bastante imaginación y al final le das salida a las cosas de la mejor forma, como por ejemplo estas natillas. A mi no me gusta la leche de avellana, mi hija la compra a veces y no puedo con ella, suelo tomarla de avena, para mí con mejor sabor y que igualmente me va a servir para estas buenísimas natillas que están diciendo cómeme.
ResponderEliminarMis cariñitos a Lara para que se recupere pronto de su caida, son gajes del oficio de ser niña.
Bss
Hola Cuca. No sé si eres consciente de que nos/me has regalado más de un post de reciclaje. Ropa, jabones, champús, comida...
ResponderEliminarYo también estoy usando jabones de hotel y sabes, si voy a uno que tiene dosificador, lo prefiero.
Ahora con la nueva máquina ya verás cómo ahorras tiempo y ensuciado menos. Te regalo recetas de mi blog, pero sabes que son muy 0 de casi todo.
A mí sí que me gustan las bebidas vegetales y la de avellanas, pero no abuso.
Espero que tú niña se recupere pronto. Ha sido una valiente.
Mil gracias por estar de nuevo en 1+/- 100. Es un lujo tenerte.
Besos y buen fin de semana.
¡¡Hola Cuca!! Esto es fácil, fácil y rico, rico, riquísimo. Chocolate con ese saborcito a avellanas, ¡¡pero qué bueno!! Aunque no sepa a Nutella, seguro que tiene un sabor propio riquísimo. Y bueno, si te compras un aparato de estos, pues hay que utilizarlo, peor sería comprarlo y dejarlo muerto de risa sin utilizar, que seguro tenemos más de una cosa así por casa. Me ha parecido monísima la decoración, con esos moldecitos tan chulos, entiendo que a Lara le parezca un juguete, si es que precisamente es lo que parece. Me encanta.
ResponderEliminarY vaya susto os llevaríais con Lara, menudo golpe, es para asustarse de verdad. Pero viendo lo paciente que era esperando montarse en la atracción de feria, me creo que se portara tan bien cuando fueron a ponerle los puntos de de aproximación. Espero que ya se os haya pasado el susto.
Yo era antes igual que tú, venga a acumular cosas, pero al cambiar de casa, la casa de mi marido y mía, y ya no tener los espacios de casa de mis padres, mucho más grande, he empezado a acumular menos, sobre todo ropa, y ahora, cada dos años a lo mucho tres, lo que veo que no me he puesto, lo doy a mis hermanas o a cáritas. Tengo un vestidor, pero ya está lleno y en casa de mis padres, tenía una habitación de matrimonio para mí sola y un armario doble de pared a pared para mí sola también, parecía el armario infinito. Ahora, lo tenemos lleno de mis vestidos de actuaciones pasadas, de disfraces, de vestidos de fiesta y de cuando presentaba tantos actos que ahora no me vienen ni en una oreja y da muchísima pena tirarlos. Aunque mis sobrinas se han llevado bastantes cosas, y son muy delgadas, al ser yo más bajita, hay muchas cosas que no les vienen. Una, esté en profesional de ballet clásico, y se me ha llevado todos los mallots, las faldas de gasa de clase y todas esas cosas. Mi sobrina mayor, que está en Baile deportivo de baile de salón, se ha llevado todo lo que ha podido, pues son los trajes que más tengo, y todos los que ha dejado es porque no le venían.
Con las muestras, que tenía muchísimas, sobre todo de maquillajes, cremas y demás, me los llevo cada vez que voy de viaje, también las muestras de perfumes. Viajo mucho por trabajo, aunque sea sólo pasar una noche fuera y no sólo a hoteles donde ya te dan tus cositas, así que aprovecho para cuando voy a esos sitios o cuando nos vamos a Valencia, al piso, que como vamos cuatro veces al año, no tenemos allí prácticamente nada. Ahora, echo de menos no tener tantas muestras, las he gastado todas, y las de maquillaje me venían muy bien, no tenía que andar con tanto bote por ahí.
Bueno, la que se ha enrollado hoy soy yo, ja, ja. Besitos.
Cuando tenía la baja esperando a Polyanna (fue más larga de lo habitual por temas médicos) mirando los armarios desde la cama entré en una fase de "aquí lo doy/reciclo/vendo/tiro/uso todo".
ResponderEliminarDesde entonces (Polyanna tiene 9 1/2 años ahora), cada 6 meses le doy un repaso a cada armario de ropa y/o trastos y suelo sacar como 5 o 6 bolsas de ropas/juguetes/... para dar a ong o a mis sobrinas/vecinas.
En la cocina, ahora ya lo tengo ordenado: cambio de armarios y congelador porque no comemos lo mismo en verano e invierno, saco todo lo que está a punto de caducar, no sé como usar, no nos ha gustado... y lo pongo en una caja grande a la vista. Después miro recetas en internet o los doy y durante una semana o 10 días no compramos nada de nada...
Pues después de 10 años de austeridad, ahora no me siento tan agobiada por armarios sobrecargados.
Aunque tengo que reconocer si los de la cocina están geniales los de las cosas de la nena no tanto jajaja
Las natillas con maquinita o sin son maravillosas, especialmente con la ola de calor porque apetece darse caprichitospero sin que generen calor, ?verdad?
A ver qué tal cicatriza esta herida ;o)
Cuidaos mucho y feliz fin de semana,
Palmira
Hola Cuca, pero qué ricas y sencillas son tus natillas de hoy... Un postrecito ideal para el verano y si casi te lo hace el robot de cocina él solito, pues mejor que mejor. Yo tengo la Thermomix hace dos años... también fue un caprichito que me condedió mi marido, y te digo que al principio, casi, me arrepiento de habérmela comprado, pero a día de hoy, te cuento que estoy loca de contenta con ella. Cada día le saco más partido, para todo, en mi cocina, y es lo que tú dices: "si la máquina me lo hace solita y yo puede estar haciendo otras cosas... " , pues mejor!! Qué últimamente estoy metidas en tantos "fregados" y proyectos, que no me da la vida.
ResponderEliminarAhora estoy pensando en comprarme la olla de cocción lenta, pero aún me resisto, aunque he leído maravillas de ellas, incluso aquí en tu blog... a ver, aún me resisto, más que nada por no tener otro trasto en la encimera... jajaja!!
En fin, que antes yo era como tú, consumista total, pero desde que un año tuve que tirar kilos y kilos de productos de mi despensa, porque se llenaron de polillas, ahora soy más comedida y voy comprando conforme voy gastando, aunque aún la despensa está repletita... jajaja! A ver, creo que son cosas de blogueras: comprar productos para probar y cocinar para el blog, ¿o me equivoco?
Le mando un beso grande a tus peques y un abrazo también grande para Lara, pobrecita con su brecha, aunque por lo que cuentas, se portó como una campeona. Besos también para ti y hasta pronto.
Hola Cuca!!
ResponderEliminarDesde luego que me dejas alucinada con tus armarios. Madre mía!! Lo bueno es que sabes también vaciarlos de vez en cuando jeje.
Las natillas se ven de puro chocolate. Geniales para un buen capricho.
Espero que a Lara no le quede ninguna marca de la brecha. Pobrecilla, lo que le llegaría a doler.
Besos y paciencia con las peques ;)
Jajja Lara ya apunta maneras y viene pisando fuerte , en nada , está ella cocinando y llevando el blog a medias . No me extraña que les tenga el ojo echado porque son monísimos y las cucharillas una pasada. A mi también me han encantado y no te los pillo un ratito para mis fotos porque no puedo atravesar la pantalla, que si no ...jajaja...
ResponderEliminarLo de acumular cosas creo que nos ocurre a todos, aunque en mi caso últimamente trato de controlarme y priorizar y la verdad, es mucho mejor , aunque claro hay momentos que es inevitable el despliegue de tarjeta jaja...
Las natillas me encantan, son uno de mis postres favoritos y así en maquinita se hacen en un tris .
La leche de avena alguna vez la he utilizado en otros postres y me ha gustado, asi que me imagino que en este postre también me gustará, lo probaré.
Un besín y que tengas una feliz tarde.
Hola Cuca,
ResponderEliminarYa sabes que teniendo niños no se gana para sobresaltos..., menos mal que finalmente quedó en un leve susto...pero claro...se quedó sin piscina, pooobre.
Referente a tooooooodo lo que comentas, pues en casi tooooodo me siento identificada. Yo también soy de guardar, y guardar...., y más guardar...y claro..., no tirar, no tirar, no tirar....
Hace cuestión de medio año me puse a organizar el mueble del baño y me pasaba como a ti con el tema de "potecitos", muestras, mascarillas sin usar...etc... Lo ordené y lo clasifiqué por productos, y cada producto en un neceser diferente.
Me propuse utilizar las muestras...pero me duró la idea 2 días...
Me has dado una buena idea con los jabones, los juntaré y los pondré en un recipiente para lavarnos las manos ¡buena idea!
No soy de comprar mucha ropa. Pese a ser mujer, cosa rara ¿verdad? así que en esto no te sigo pero si soy de guardar ropa que hace 10 años que no me pongo, eso sí.
Referente a la compra de Monsieur Cuisine pues tiene muy buena pinta Cuca. Es que con este tipo de robots, las cremitas tanto dulces como saladas quedan perfectas.
Estas natillas son fantásticas. Me gustan con bebida de avellana, avena o lo que se tercie.
Con el sobre de flan y ya consigues que espese, pues fantástico.
Más que los boles, me han llamado la atención las cucharitas ¡queeeeeé cuquis!
Besitos,
Sil
Hola Cuca, qué delicia de natillas me gustan mucho de chocolate.Espero que Lara se recupere de la herida.... Besos
ResponderEliminarEn primer lugar espero que disfrutes mucho de la fiesta en la guardería de Lara y que el susto no se vuelva a repetir , que bien se portó con las enfermeras ya es toda una chica.
ResponderEliminarDel tema armarios yo he estado tirando ropa estás semanas que estoy de vacaciones ya que en Cáritas están atope y no encontré quien la quisiera así que antes de volver a guardarla hasta que alguien la quisiera cerré los ojos y la tire.
Seguro que le vas a sacar mucho partido a tu nueva ayudante ,las natillas se ven divinisimaaas y seguro que están de rexupete.
Te han quedado de relujo 😋
Bicos mil para los cuatro y feliz finde wapisimaa 😘
los aparatitos son para sacarles provecho y parece ser que tu lo haces ,esas natillas tienen que estar de vicio no hay mas que verlas ,no me extraña que lara quiera jugar con los boles ,las cucharitas son una moneria
ResponderEliminarbesitos
Hola Cuca. Lo de organizar los armarios en mi caso es batalla perdida. Mis hijas no terminan de llevarse sus pertenencias, una vez les falta tiempo y otras espacio.
ResponderEliminarLas natillas de chocolate muy ricas. En casa gustan mucho las golosinas y unas veces recurro a las gelatinas y otras a natillas y flanes.
Pobrecita Lara, me alegro que todo haya quedado en un sobresalto.
Besos, Carmina.
Espero que lo de Lara sea una pequeña herida sin más, cosas que suceden cuando son tan pequeños.
ResponderEliminarUnas irresistibles natillas que ha mi me vuelven loca con lo adicta al chocolate que soy.
Espero que disfrutes de un precioso verano con tu chico y tus chicas.
Besos miles
Que te voy a decir yo sobre el tema del acumulo como si fuera a haber una guerra nuclear y la compra de chismes que en principio son necesarios como el respirar y que al final están en el fondo de un armario sin estrenar? recuerdas nuestro reto de "sacar de los armarios la demasía acumulada y estrenar las cosas pendientes?
ResponderEliminarLa máquina ésta que es? como la Crock-pot? Yo he de decir que esa ha sido la peor compra de mi vida, la Crock-Pot, no la doy nada de uso y encima me he cargado un cubilete de cerámica ya... Así es como si me la hubiera comprado dos veces... He tirado el dinero totalmente... Dichosos antojos...
A mi también me da mucho por hacer limpias, con los cambios de estación de ropa... Al recoger las cosas de Navidad generalmente hago limpia de cacharros acumulados por las estanterías de toda la casa... En verano me suelo meter con la cocina....
Los tarros que has utilizado los tengo yo también!!!!!!!! me encantan. Y las natillas tienen una pintaza tremenda y seguro entran de maravilla con el calorazo que hace.
Besos
¡Hola Cuca! Tienen que estar muy ricas las natillas.. la leche vegetal de avellana la probé hace poco y me encantó... y también hice una mezcla en una receta con chocolate que me gustó mucho... asi que menuda ricura será estas natillas... para volverse locas... Por cierto.. la nata la compro en carrefour de la marca President aunque también la encontrarás Hacendado en mercadona...
ResponderEliminarVaya susto que os distéis con la peque... espero que esté mejor... menudo mal rato pasaría también ella, que lastima mi niña...
Bueno que tengas un feliz fin de corazón... Hasta la semana que viene... Besos...
Cuca, tus natillas se ven de lo mas ricas y faciles de hacer, que bien has aprovechado tu alacena! Por cierto que si a tu niña le vuelven locas esos lindos trastes de barquillos no la culpo, a mi tambien me han hechizado, donde los conseguiste? Estan preciosos!
ResponderEliminarAy esos sustos con los niños, pero asi crecen, menos mal que no paso de un susto!
Feliz finde!
Besos
Ay y de nuevo comente olvidando entrar primero a mi cuenta del blog, por si te ha extrañado ver otra Diana por aqui, soy la misma de Ingredientes y Listo.
EliminarCuca yo soy una maniatica del espacio todo lo que veo muy lleno desalojo asi quecompro lo justo , vaya postre mas rico ideal para esta calor, menos mal que lo de lara quedo en un susto eso es lo que tiene los niños besitos
ResponderEliminarHace mucho tiempo que no las preparo.... Tomo nota de las tuyas.
ResponderEliminarQuiero entregarte el premio Indalo por tus seguidores y tus buenas recetas, espero que te de mucha suerte. El Indalo es el símbolo de Almería y dicen que trae suerte.
ResponderEliminarDespués tu se lo puedes entregar a quien tú quieras eso si que cumpla los requisitos. Aquí te dejo el enlace para que lo recojas.
http://cocina-trini.blogspot.com.es/2012/10/premio-indalo-de-bronce-indalo-de-plata.html
Qué buena pinta tienen esas natillas, además con esa bebida debe darle un toque fantástico!
ResponderEliminarMe apunto la idea porque me ha encantado!
Un besote!
Cuca, bueno bueno con tu entrada, tiene de todo. Lo principal es que Lara esté bien de otra experiencia con médicos, seguro que es muy responsable para lo pequeñita que es todavía. Me la imagino jugando a darles de comer a sus once niños, vaya trabajo.. ja, ja, ja. Y me río a veces de lo del “forso” y sus ocurrencias.
ResponderEliminarCon respecto al señor Diógenes, qué te voy a contar que no sepas. Yo este año nada más llegar al campo he abierto un mueble pequeño con cajones y literalmente los he volcado dentro de una bolsa de basura de las de jardín... hala, a correr. Estoy tirando como el que se muda de casa, igual. A mi “santo” le digo: a ver, esa ropa no te la pones hace mil años. Ahora cuando coloques todo lo de este año, no tienes sitio para guardar... creo que está medio convencido, él no lo hace por pereza, no porque piense que se la va volver a poner. Vamos, no está acostumbrado a esas tareas.
Lo de comprar y guardar esa era yo antes. Ahora ya ni me conocen. Todo a regalar, donar, reciclaje o tirar directamente. Sin pena, más pena me doy yo queriendo meter en un armario la vigesimoséptima caja de zapatos... ja, ja y no te digo más pues te asustarías.
Bueno, ahora momento receta. Muy rica y yo la haría con mi Thermomix, en casa saben que me he ido definitivamente al campo hasta que esta desaparece de mi cocina, voy con ella y con la máquina de coser para no perder la costumbre.
Me encanta la avellana sin duda mi fruto seco favorito, habrá que probarlo, seguro que está de miedo.
Este año me he comprado los tarritos de vidrio (el viernes) y este verano esta patulea se van a hartar de postres en vasitos, hay que amortizar los 6 euros de los 8 vasitos...ja, ja, ja.
Creo que no me queda mucho más por comentar. Lo de las muestras, miniaturas de hoteles y jabones en mi casa están en un neceser de esos gigantes con cremallera a rebosar. En cuanto los pille ya pueden rezar.
Mil besos, Cuca, para las tres.
Hola Cuca, jajaja, eres un caso con tus reflexiones, pero llevas razón en todo!!!! Me llevo estos vasiros tan ricos para disfrutarlo pues seguro que están hechos con mucho cariño para Marisa y saben mejor. Un beso
ResponderEliminarYo pensaba que era exagerado eso de que se llenaban las casas en nada y menos hasta que hicimos la mudanza después de 3 años alquilados, y eso que no teníamos muebles que trasladar. Acumular es bien fácil.
ResponderEliminarPero eso hace posible que nos dé por sacar todo lo que tenemos y hacer limpieza con recetas nuevas, ya sea de revistas acumuladas o de ingredientes abundantes.
Te ha quedado muy pintona, voy con mi cuchara... Un besote.
Ainns Cuca!! ya estoy por aqui tras unos dias que me he tomado de fiesta.
ResponderEliminarSabes te leo y me veo reflejada, jaja una tableta de chocolate no!! mejor tres jajaja.
Los jabones de los hoteles utilizas el tuyo y te los llevas porque para eso los has pagado no? yo hago igual, pues sabes este año le estoy dando yo salida da ducha un botecito menos jajaja.
Y la maquinita que te has comprado aunque no la tengo pero si alguna parecida, me parece una buena compra a la que le sacaras partido, estoy segura de ello, para muestra estas natillas que se ven deliciosa y no me importaría comerme una ahora mismito.
Un besazo amiga y feliz semana.
Tienes razón, acumulamos cosas sin sentido. En casa estamos haciendo limpieza y salen cosas que ni nos acordábamos que teníamos. En fin....
ResponderEliminarLas natillas seguro que muy ricas.
Saludos
Hola, Cuca:
ResponderEliminarHola, Rosa:
Aquí me tienes, tras el fallecimiento de mi padre y otra serie de acontecimientos difíciles en mi vida, intentando incorporarme al día a día.
Acabo de leer que Lara ya te ha dado uno de esos sustos que se recuerdan toda la vida, creo yo. Vaya con la templanza que tiene la peque. Espero que disfrutarais de la fiesta de la guarde. Parece que tienes razón y que las natillas son fáciles, tendré que probar. Seguro que la chiquitina está preciosa. Ya estará con su sonrisita y soniditos, para comérsela.
Un besazo y feliz semana, guapa.
Hola! qué ricas las natillas de chocolate! si no has gastado el brick de lets chocolat de la degustabox de hace un tiempo también están muy ricas con el jeje en cuanto al tema de las colonias me he sentido muy identificada contigo jeje hace unas semanas puse todos los botes que tenía casi acabados en el mueble de la entrada para a ver si de una vez los gasto y los voy tirando jeje. Por cierto, esperamos que ya se haya curado la brecha de la peque! besis
ResponderEliminarCuca solo tienes que pensar quien hace esas prendas de ropa, zapatos... que vas a adquirir que hay detrás de ellas... pues en su mayoría si no miras etiquetas, niñas, mujeres sentadas hasta 15h cosiendo, que no pueden ni utilizar el baño... igual pasa con la comida que hay detrás del café, del cacao y todos sus derivados el chocolate cuando daño hace a las personas que lo cultivan sin no se compra por la via justa...
ResponderEliminarYo soy activista por los derechos humanos y se que somos privilegiadas,pero eso nos da derecho a apoyar con nuestras compras que se siga habiendo explotación infantil, daño al medio ambiente,trabajadorxs sin derechos de ningún tipo... con nuestro dinero hacemos política y estamos apoyando eso :-((((((
Las natillas se ve muy bien el cacao sera de comercio justo no? ;-))
Un saludito
Te entiendo ¡Vaya si te entiendo!
ResponderEliminarA mí las ropas y ciertos enseres que quizás ya no uso, tienen recuerdos imborrables y trato de guardarlos como joyas.
Lo que no me coge ya en casa lo traslado a la del pueblo, luego al trastero y ya, por último cuando ya está tan lleno que casi no se puede cerrar, con todo el dolor de corazón empiezo a hacer una selección y lo llevo a las Hermanitas de los pobres si está todavía en buen uso.
Me encantan tus natillas con sabor a chocolate y avellanas ¡deliciosas tienen que estar!
Me admiro que con dos niñas puedas hacer tantas cosas.
Cariños.
Kasioles
¡Me suena tanto lo que cuentas!, jajajaja.
ResponderEliminarMi marido enferma cada vez que vamos a hacer la compra porque cojo cosas como si se fuese a acabar el mundo :) ¡Como no voy a aprovechar las ofertas! Después hay que desarrollar la imaginación para hacer Tetris en cualquier hueco de la casa :)
Es una pasada cómo te han quedado las natillas. Para eso, estas maquinitas son lo mejor, se hacen en un momento y salen muy ricas :)
La receta es bien sencilla y bien rica seguro. Yo el tema de la organización la llevo bastante bien, si acumulo cosas pero intento evitarlo. bsts
ResponderEliminarHola Cuca yo ya te seguía aunque no te había puesto nada. Decirte que tanto las natillas como los cuencos me chiflan. No creas que eres tu sola con ese síndrome....jejeje yo soy de las de por si acaso...Un placer visitar tu cocina.Nos seguiremos viendo.
ResponderEliminarbesinos
Mi querida amiga cuanto he disfrutado leyendo la primera parte de tu entrada por q ni te imaginas en tus compras como he visto mi propio retrato madre mía yo compro exactamente igual por partida doble tengo colección de jabones gorros de ducha peines y demás de los hoteles jijijiji ahora me he encontrado aliviada cuando he visto qvtu haces igual jajajajaja en fin que pareces mi hija jijijiji y yo encantada Me ha dado mucha tristeza lo del golpe de mi preciosa princesa pero ella es ya una mujer y se comportó como tal y que decirte de esas natillas de chocolate que están para premio Mil besicos tesoro
ResponderEliminarYa me he entretenido un rato con tus historias de almacenamiento, yo compro siempre lo que necesito y nunca acumulo excepto cuando voy a mercadillos y chamarileros donde los objetos antiguos me apasionan para las fotografías del blog.
ResponderEliminarLa receta muy fácil y tu hija muy valiente
Besos
Hola Cuca.
ResponderEliminarYo tambien soy de guardar todo, a veces, hago limpieza de armarios y me cuesta tirar, pero lo que mas tengo es cosas para la cocina y para las fotos y ya no me cogen mas cosas en casa, es terrible porque me vale cualquier cosa antigua, aunque sea un trozo de madera jajajja. Mi marido un día me hecha de casa. ya ni voy a los mercadillos porque lo traigo todo para casa.
Estas natillas riquísimas, me encanta lo fácil y esto lo es y ademas buenísimo.
Besinos.
El toque de Belén
Hola guapa...vaya postrecito con pinta increíble que nos has traído hoy....sisi...yo también guardaba cosas, y digo guardaba porque desde que murió mi madre y todo lo que nos está costando tirar, Maialen me decía..."Amá porfa, no me dejes mierdas...que la casa de tu madre está petada con cosas inútiles que tenía que haber tirado hace miles de años y tiene razón"...Ayer, la ex-colcha de mi cama, porque para la casa nueva me he comprado una mas grande, se la regalé directamente a la chica, que no tenía colcha....mas contenta que ni se....en otra situación SEGURO QUE LA HABRÍA GUARDADO...pero ahora no...NO PIENSO... Tu todavía eres joven....yo ya no pienso guardar, es horrible...
ResponderEliminarUn beso reina...y lo que te he dicho, las niñas preciosas.
Marialuisa